sábado, 6 de diciembre de 2008


(In)vocación
por el paria

PREMIO
IBEROAMERICANO
CUCALAMBÉ 2000

Publicado por la Editorial
Sanlope
(Las Tunas, 2001)



Nacido en Ciudad de La Habana, Cuba, en 1945. Poeta, periodista e historietista. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Unión de Periodistas de Cuba. Se desempeña en el periódico Trabajadores, donde ejerce la crítica literaria. Además de su quehacer en prosa y en dibujos, por su obra en versos ha recibido varios reconocimientos, desde que en 1967 alcanzó su primer premio en el concurso 2 de Diciembre y mención en 1968 en el concurso 26 de Julio, hasta los más recientes: En el 2000, Premio Iberoamericano Cucalambé de décima escrita; en el 2001, premio extraordinario en el concurso nacional de poesía Regino Pedroso; en el 2002, premio en el concurso nacional de poesía Regino Boti; y en el 2004, por segunda vez, Premio Iberoamericano Cucalambé. Tiene publicados los cuadernos de poesía para niños Canciones de abril y julio (Editorial Gente Nueva, 1983) y Hacer y hacer (Idem, 1984), el cuaderno La ciudad como testigo (Ediciones Valle, Bejucal, 1986), el plegable Glosa por ti (Editorial Sanlope, 1996) y los decimarios Los estertores del agua (Idem, 1998), Viril mariposa dura (Editorial Unicornio, 2001), (In)vocación por el paria (Premio Iberoamericano Cucalambé, Editorial Sanlope, 2001), La noche es ella (Ediciones Como un ave libre, 2001) El ácana diluvia (Idem, 2001), Tribulaciones del arca (Editorial Luminaria, 2002), Paflagonia de noche según el condenado (Editorial El Mar y la Montaña, 2003), Cántaro inverso (Premio Iberoamericano Cucalambé, Editorial Sanlope, 2005), y Donde dice primavera y es otoño (Ediciones Matanzas, 2007) así como el poemario en versos libres Últimas puertas podadas por la nieve (Ediciones Unión, 2005). Poemas suyos aparecen en las selecciones Poetas del mediodía (Editorial Sanlope, 1995); Decimistas cubanos actuales (Ediciones Carta Lírica, Miami, EEUU, 1997); Décimas cubanas de dos orillas (Idem, 1998); Donde la demasiada luz (Editorial Lengua de Víbora, 1999); Nueve poetas y una estrofa (Idem, 2000); La Habana, 10 (Ediciones Adhara, España, 2000); Una vez vino un ángel (Editorial Extramuros, 2001); Añorado encuentro (Idem, 2001); Antología de la poesía cósmica cubana (tomo III) (Frente Hispanista de Afirmación Nacional, México, 2002), Antología de la décima cósmica de La Habana (Idem, 2003) y Verde ramo en el aire sin dueño (Publicaciones azucareras, 2005). Preside el grupo de poetas Ala Décima, con base en Alamar, Ciudad de La Habana, Cuba.



JURADO

César López
Virgilio López Lemus
Alberto Garrido


EQUIPO DE REALIZACIÓN

Edición: Alberto Garrido Rodríguez
Cubierta y composición: Yoan Hechavarría Casado
Ilustración: De profundis, de Ervand Kochar
Corrección: Dania Hernández Acosta


PRÓLOGO

PÓRTICO DE LA DÉCIMA

Por César López
Premio N
acional de Literatura 1999

Elegir una forma cerrada como la décima supone un riesgo poético, una aventura signada aparentemente por el referente conceptual tradición. Tradición de lo culto y lo popular. De Calderón de la Barca a los repentistas cubanos. Todos con deslumbrante vigencia. Pero habíamos deslizado un simpático adverbio: aparentemente y ello se explica porque en algunos casos en esa misma tradición está contenida la ruptura. De eso se trata en este libro, decimario heterodoxo si se quiere. De la tradición y la ruptura de la estrofa elegida.
En Cuba no resulta sorprendente oír hablar -y cantar, desde luego- a los decimistas, de poesía, me atrevería a usar mayúsculas altísimas, cuando están limitando la enunciación a la décima. Dicen saber sólo de décima. La poesía es la décima. La décima es la poesía. Lo demás, caso de existir, es otra cosa. No es la ocasión de profundizar en esta enrevesada situación y deslindar espacios y tiempos... y mucho menos precisar aquello de décima culta, como si existiera o pudiera existir una décima inculta y la juglaría y la clerecía estuvieran a su vez reñidas con la cultura, la gracia y la sabiduría.

Es, sin embargo, natural enfrentarse a estos problemas cuando se participa en la lectura de un conjunto de decimarios que compiten por alcanzar un premio de prestigio como el Iberoamericano Cucalambé de décima escrita. Y ya aquí sí aparece una distinción que matiza la convocatoria: Décima escrita. La gracia ligera del canto y la improvisación han de ser fijadas al andamiaje, a los cimientos dados por la palabra escrita.
Y en esta ocasión, con (In)vocación por el paria, llegó el deslumbramiento. Es este libro una fiesta de la estrofa, de la palabra, de la poesía. Para el oído y para el pensamiento. Y lo primero es ese título que revela audacia en su actualización moderna o postmoderna, qué más da. La invocación no es al paria, ni del paria y mucho menos para el paria. El paria ya está presente, fue convocado con anterioridad y se presentó. O estuvo siempre acechado por el poeta que ahora lo aborda, lo sacude, lo hace suyo en su propia transformación. Diurno doliente. Y sufriente en el verso y su proyecto.

Si en los inicios de estas líneas descubríamos una cierta oscilación, aspecto de una misma trama, entre lo culto y lo popular, ahora asistimos a la confirmación de lo culterano. Y a su verosimilitud.

Pedro Péglez no teme al verbo y se embriaga en una tropología propia, muy suya y, por lo mismo, paradoja lírica, perteneciente a la tradición que asume y a la vez rompe.

Neobarroco transgongorino que parece guiñar divertidamente a lo insular, en arco, desde Zequeira y Rubalcava, que pasa por Tristán de Jesús Medina, se regodea en Martí (con aquel entronque vallejiano del “bien, yo respeto”) que acaricia con las cadencias de Mariano Brull e inquieta y espanta en las honduras de José Manuel Poveda. Se aferra el poeta a su tradición, la asume y asimila y a la vez la tritura para volver a ella en una nueva manera. Pero, tal vez, en su misma esencia.

“Qué manera de la sed
para cómplices veranos
Qué ebrio engaste de las manos
a través de una pared”

La reminiscencia transforma el signo, lo vuelve mensaje que se diluye como el agua buscada. ¿Morirá el poeta insular como Villon “auprés de la fontaine” que en cubanísima trasposición cantabile, ¿popular?, corre el riesgo de “morir de sed habiendo tanta agua”? ¿O más bien permanecerá en su indagación respecto al paria?: Que es el poeta, la poesía, el poema.

Este autor que rompe su ensimismamiento hace de la décima, de sus engarces múltiples, de sus difíciles vericuetos un poema, en la concepción óntica de la extensión del poema que pidiera Lezama Lima. Lectura ardua. Aprehensión que reclama tenacidad. Diferencia y semejanza de la tradición y de la ruptura.

Al señalar estos datos surge la relación entre una clara resistencia por parte de la materia poética y la insistencia del poeta que trabaja y traba su proyecto. Tal vez por eso muchas veces la urdimbre logra una consistencia tal que hace falta un alto en el recorrido, una complicidad de la respiración, para descubrir la magnitud de la obra, su propuesta y su alcance. Apertura a una desafiante disciplina. Descubrimiento de la décima.

El lector ha sido llevado, o puede ser llevado, en su compartido forcejeo, a un nuevo reino, dominio vasto que, sin embargo, ya existía. Otro triunfo de la paradoja verbal, de la cárcel expuesta en forma cerrada. Arte mayor dentro del arte menor. O viceversa.
La poesía acoge la décima porque la décima es poesía. No es que el misterio quede totalmente develado, sino más bien ampliado en una nueva posibilidad.
Pórtico para entrar y para salir. Rico en volutas, ecléctico y ubérrimo, invita a permanecer. Funde la entrada y la salida. Ensancha y se ensancha.

En esa polisemia de lujo verbal el paria poetizado reina y el poeta de nupcias se desdobla, padre e hijo, con el soplo del verbo. Poesía que pide salvación por ella misma y por su entorno. Belleza audaz que no teme a los excesos, ni se fatiga en ellos.

Fusión y confusión. Padre e hijo. Papá. Y un Cupido también presidiendo, pícaro y vergonzante. Equívoco sin equivocaciones.

El reino está instalado desde los siglos, tal vez a partir de los años oscuros. Este libro ayuda con un poco de luz. Chorro. Ráfaga. Desenfado trémulo. Léase así. Y hay algo más allá.

“...adiós.”
”(El barco late como un corazón impuro)”.



César López
La Habana, 2000-2001




(IN)VOCACIÓN POR EL PARIA


A mi padre y a Yazmina,
tan presentes.

A mi hermano Modesto Caballero,
por tanta complicidad.


MENSAJE DE AUTOR DESCONOCIDO Y HALLADO ENTRE LAS RUINAS DE UN EMBARCADERO EN EL ANTIGUO PUERTO DE JESÚS DEL MONTE

Hijo:
Siempre partir es la encomienda. Partir en el rescate de la arcilla que tiene doble sed, doble la orilla, y algún polvo de más en la contienda entre nube y ustorio. Áspera ofrenda zarpar desde el cerrojo, desde el hierro. No grites a la luna como un perro tullido de aguamiel. Si no te alcanza el clavicordio, ensaya la templanza de la llovizna, el sábado, el cencerro.

Siempre partir supone un flébil ciervo de luz herida en humo, y un avío -ora remo, ora trampa- al descarrío de los cielos chorreando un sol protervo. Siempre vendrá un albatros, vendrá un cuervo. A veces bogará el mar por la nave. Siempre un monte Ararat será la clave.

Y yo hablé a cierta luna. En el estero de un olvido te espera. Allí te espero.

Tu padre, constructor del azul ave.


EL TALÓN PREDICANTE

…como si lo viera el hombre
por primera vez, y corriese de un
lado para otro llorando de amor,
con los brazos levantados,
preguntándole al cielo quién puede
tanto, y dónde está el creador…

José Martí


YA PARTEN LOS TRIRREMES

a lo oscuro

No hay vellocino de oro en la porfía
ni espada ni una red ni la utopía
ni pidieron acaso este conjuro

En la proa un sofisma de Epicuro
abre la muda piel tal vez incauta

Ya me besa en adiós cada argonauta:
los guerreros las náyades el siglo
con un rumor a estroncio y a ceñiglo

Y yo quedo sin voz en esta flauta


EL AMANTE INMÓVIL

¿Cuándo volverá el asedio
a Troya? Dispongo el arco
y me adivino algún barco
en el horizonte
(El tedio
es otro enemigo)
En medio
del risco pienso en la noria
del tiempo (Lenta victoria)
La ausencia
Nunca la ausencia
me dio su voto y su anuencia
para ensillarme la gloria
¿Cuándo volverá la euforia
del gris? Mi cabalgadura
desespera su montura
para acabar esta historia
(La noria Siempre la noria)
Troya ajena a los arrojos
del invasor
Mis enojos
saben triste
Llueve el ansia
Yo aferrado a la distancia
con la ausencia de mis ojos


PAFLAGONIA DE NOCHE SEGÚN EL CONDENADO

La luna llena está aullando a los lobos
Gira un perro muerde su índice
El cencerro desobedece soñando
la tiranía del cuándo matinal
La amada hormiga se deslíe
ante su miga de luz
Quizá redibuja
las pieles en la cartuja de esta ciudad
Otra irriga de pasos vueltos
la hiedra gastada
Breve tatuaje
(¿Y las náyades?
¿Y el traje de los guerreros?)
La piedra de Padre Zeus
ya no medra mi clámide
Soy el rey que atestiguaba
a esta grey con el címbalo
(Ah el clangor de mi androceo
en la flor de Paflagonia)
Yo el rey lapidado en una fragua líquida
¿Por qué el castigo
si sólo probar un higo me fue dado?
Viene el agua para la sed
Viene el agua
se baña con el linaje de las náyades
(¿Y el traje de guerrero?)
En la ventana
yo Tántalo
en la persiana del lago purgo mi viaje


EL DESATINO EN LA PIEDRA

La roca es este postigo
La pena es todo el aire
(Me hiende)
Su espliego me interroga
Yo no he robado el fuego: me lo daban
A cambio una azucena masticaba mis ojos
Mi otra almena de sangre
puso a hervir en la redoma del espejismo
¿Acaso es una broma de Zeus?
Oh dios yo no robé la lumbre
No la tuve en verdad
Miente la cumbre
Se bebe mi inocencia una paloma


MENSAJE AL ARQUITECTO ENVIADO POR EL PARIA
EN LA ASONANCIA DE UN TÁBANO

No pido tu barco oh Dédalo
No me interesan los peces ni partir ni llegar
(Llueve tanto ahora en Creta)
Arquitecto: No debí entrar Lo sé
En medio de tu obra maestra yazgo
Sólo me escucha este tábano (umbroso amigo)
No quiero pasar la muerte aquí dentro
Oh genio: Envíame el plano


TRIBULACIÓN DEL AURIGA

Para Mercy


Yo no he sembrado la sal sobre el campo
(Esa tramoya gris de espuma)
¿Qué hago en Troya y tú en Ítaca al final?
Si no he vestido el metal de Aquiles
¿por qué soy reo de esta legión de Odiseo
a ningún sitio?
El auriga soy bajo el azar que intriga
al tiempo
(Oscuro trofeo del paria)
¿Seré el aqueo en verdad y tú la espera
que desteje?
Mar afuera se confunde el camafeo
y nada sabe Teseo de pasadizos
La joya de Platón es una boya difícil
Hierve la lira en los bieses de tu pira:

¿Qué hago en Ítaca y tú en Troya?


TRENO APAGADO BROTA DE UNA FLAUTA

A Modesto

...el tiempo, todo el tiempo.

Eliseo Diego


Violo el redil
En la hierba pongo el ojo
Apuro el cauce de algún trino
y es el sauce acariciando una cierva
Deletreo toda acerba alegoría
Me cargo de azul cielo
Sin embargo
cada ninfa es un aprisco
Ay del que no suda un cisco de Apolo
(Qué rumbo amargo de la miel)
En su fruición de abril Siringa se baña
y no quiero verla en caña convertida
Es ovación su fuga:
Pánica unción a mi ángel de caramillo
Todos quieren mi espartillo no mi sed
A contratiempo
yo me bebo sólo el tiempo
todo el tiempo en mi bolsillo


ÚLTIMA DÉCIMA OCULTA BAJO LA NOCHE

La luna chorrea un vino horizontal
Se desmaya el turbión
¿Es una playa esa ubre estigia?
¿Un ovino derrumbe del remolino?
¿O es otra red?
¿No se oculta el astro
en la nube estulta para su inocencia?
¿Escampa bajo el agua?
¿O nueva trampa nos teje otra turbamulta?


QUE SE MUERE DE VIERNES

¿Qué subsistía en él después
de tantos desastres? Sólo la vida
elemental: un cuerpo que la sangre
golpeaba impaciente buscando salida;
un ser opaco, impenetrable, cerrado,
confinado en la angustia de sus límites.

Gabriel Celaya


Y POR FIN ¿HA MUERTO EL PAN
DE VIERNES TRECE?

¿O fue doce?
¿Lo asesinó el flébil roce
de otra flauta?
En vano lo han
buscado salterios tan
tricornios tan diecisiete
(¿o dieciocho?)
Al garete
dijeron verlo después
con todo nostalgia y pies
flotando sobre un arete
posmoderno de Dionisio

¿Lo traicionó su alter ego
a cambio de (in)cierto fuego
existencial crudo oficio
que navega hacia el hospicio
del intertexto?
Quién sabe
quién sabe cuándo se lave
la cara el agua
Qué nieves
las de aquel viernes (¿o jueves?)
que le congeló las claves
del sábado y los violines

“Todo es como debe ser”
(Qué manía de joder
Gautama)
Yo vi las crines
del Pan rotas por mohínes
(Mal metatexto)
Qué pena
No encuentra la luna llena
ni una ninfa una deidad
que las zurza
Ni una edad
para su acorde
Qué pena


AH VENUS

pobres tus brazos
que no me hablan que no agreden
esta mudez que no pueden
repartirse mis pedazos

Venus qué fósiles trazos
tu ademán tu sí tu no
que Cronos escamoteó
bajo el percal de tu nombre

Venus qué estatua es el hombre
sin tu viernes
Trunco yo


ÓLEO DE MUCHACHA SIN SOMBRERO

Para Norka


Dijo que era azul el blanco
y el encaje su manera
de ser azar Que eso era
Dijo que era blanco el blanco
Así de sencillo
El banco
destejió a Penélope
En
su aguja extravió la sien

Qué Ariadna del pecho en vilo
que le dio a Teseo el hilo
y al Minotauro también


BALADA PARA ATENEA

A Paraskeví


Tal vez
Quizá sea Atenas
mar impío
Vieja edad
pudo empolvar su impiedad
de otro silencio
(Cadenas
para la espuma sin penas
que hallaste en el joyerío
azul de Cuba)
Que hastío
te lame el manto la rosa
de los vientos
Ah la diosa
crucificada entre el río
de ardiente cristal y el frío
acantilado que espera

Ah la diosa en primavera
no sabe de sí
Qué estío
no sucumbiera en su avío
de guirnaldas
Con qué llave
abriera el cofre que lave
su abril de Pandora en ciernes

Paraskeví es más que viernes
pero lo ignora
¿Cuál ave
dirá a su oído la clave
la clave del corifeo
entre Caribe y Egeo?

Paraskeví es esa nave
del amor
Mas no lo sabe
Sólo ella los diez abrojos
puede cambiar en los rojos
pistilos del ancla suelta

Salve Atenea de vuelta

Yo he estado en Grecia: tus ojos


OTRA BALADA PARA EVI

Yo también lloraría en tus rodillas
Pero no por mi Dios sino en tu nombre
por el ala perdida desde el hombre
que soy tan roto para tus sencillas
maneras de volar
Qué de escudillas
dio María a los perros
¿Las habrá
servido con tu mano?
(Un día quizá
se va a saber)
María nunca ha muerto
Lo atestigua tu luna en el desierto
vertiendo tanta lluvia
Tu agua va
tejiendo cielo al cielo
Todo está
bien
María no ha muerto
Su fortuna
es el agua en la arena
Mas la luna
llora desde tan lejos
Hasta allá
no llega este violín (¿todo estará
bien?) que muere de viernes en la orilla
de la tierra
Revienta la semilla
pero no se abre en árbol su balada

Lo atestigua algún pálpito en mi almohada:
Yo también lloraría en tu mejilla


SI EL EGEO NO ME BAÑA

cómo creo
Cómo creo
en Tracia si muere Orfeo
talado por la guadaña
de una deidad
(Su pestaña
tan filosa)
Cruel engaste
sin que Calíope gaste
ni una lágrima
No tientes
la mar
Yo tendí los puentes
Sólo que tú no cruzaste


EXAMEN DEL QUE ESPERA

¿Y yo qué soy de esa nube
toda de arpegios?
¿La danza
que alternará la confianza
con otra bondad?
¿Quién sube
por el lienzo que no tuve
sino en tal vez?
Mi dehesa
es una cómoda artesa
para que el prójimo aliñe
su grávido pan
Destiñe
este oficio mi corteza
de llovizna
La conjura
del buen amor es la orilla
de una página amarilla

¿Fue alguna vez la dulzura?
¿Fue una estación la ternura
o sudó flores un cuerdo
ante los ciegos?
Recuerdo
sólo mies en agonía
Tanta palabra baldía
Tanto me pierdo
me pierdo


OTRA VEZ SENTENCIA APOLO

No soy yo quien grita;
es la tierra que ruge.

Atila Jozsef


LA PREGUNTA EN LA ROCA

Para Delarra


¿Rodin lo supo?
¿La piedra
un abismo una guarida?
¿Él intuyó la estampida
que no puedo atar?
¿La hiedra
aquel lúpulo que arredra
todo refugio?
Qué espino
gravita en el remolino
de esta gran sala
(Esa voz
sedienta del albornoz
es la deuda que no atino
a escanciar)
¿Perdí al vecino
vegetal mi paz de roca
para apretar esta boca
donde no cabe el camino?

Qué líquido es el destino
de la sombra
Qué proeza
simular una cabeza
cuando revienta esa lanza
su más incierta romanza
¿A dónde va la pureza
del vacío?
¿No es aviesa
soberbia mi puño austero
bajo el mentón donde espero
la próxima gentileza
de lo oscuro?
¿Qué tibieza
me aguarda el pan del cautivo?
¿Rodin me quiso tan vivo
que no previó entre mis pies
el turbio drama tan des-
nudamente pensativo?


OTRO SERMÓN PARA EL SILENCIO

Ya no podré ser Siddartha
Llegué roto a ese peñón
donde reía el halcón
sin la paloma
Se aparta
mi esquela de la pancarta
de los sakyas
Yo partía
también a Vaisali el día
que me cosió la verdad
el otro hueso
Impiedad
la de esa turbia manía
de ser el grumo
Porfía
la que abro en líquido juicio
por el callado bullicio

Cántaro inverso es mi vía
de Sakyamuni
Herejía
son los pétalos que calzo
entre silencios
Aquí alzo
mi corazón —cruel devoto
de la hormiga— y es un loto:

Un loto imberbe y descalzo


SHAKESPERIANA

Para Lázaro Godoy


¿Cuál instrumento prohíbe
mi laberinto?
(Qué rancio
to be or not to be)
¿Le escancio
la pátina que me inhibe?
¿Y si no hay eco?
¿Me escribe
mi padre muerto una carta
o es para el cielo?
Qué sarta
de alaridos me acordona

La calavera presiona
mi mano:
Dice que parta


HAY UNA MANO CANÍBAL

desaletrando mi halago
(Ciudad de papel
Cartago
rota otra vez)
Pobre Aníbal
Hay una mano caníbal
y autófaga
Qué Escipión
en paños menores
¿Son
torpes ecos del rey Prusias
de Bitinia?
Qué de argucias
Dido qué desolación


PLEGARIA EN SI MAYOR

Para Marta, Jenny y Michel Padrón


Concédeme Federico
tu balada que no danza
Yo no quiero ser a ultranza
el que avisa
Yo claudico
de ser quien entra en borrico
a aquel pueblo
Pero teje
tu perla negra su fleje
sobre duelas de mi anverso

Dame Chopin ese scherzo
que no me haga más hereje


BREVE CONSULTA AL LOCO

Todos saben que padezco
de esa nube
¿La epilepsia
no duele azul?
Esta asepsia
comió mi reloj más fresco
de guijarros
El grotesco
pincel me gime un crisol
y es el humo
Un verde sol
se bebe mi gajo absorto

¿Y si la oreja me corto?
¿No lloverá un girasol?


OTRA VEZ SENTENCIA APOLO

Culpable el vino
Cibeles
no tuvo la culpa
Su hijo
—rey de Frigia— ese prolijo
don recibió entre toneles
del buen Baco
Ahora las mieles
son metales
Qué ebrio dios
me trueca el néctar en los
destellos
(Qué bien va Midas
llevando por mí prendidas
dos orejas de asno Oh Dios)


RÉQUIEM POR LOS REOS DEL OLVIDO

Recién ha muerto esa luna

Dejó su sombra en la fiesta
más reverente
Una siesta
de aguaceros le importuna
su amor facial su aceituna

Recién murió desde el arco
que desdibuja en su charco
al pairo cada mordida
cada muerto en cada vida
cada Rimbaud cada barco


POCO ANTES DEL ÚLTIMO TELÓN

Amneris le ruega al sol
piedad para mí
Qué tumba
la suya
Mi catacumba
entiende más de arrebol

En lo oscuro un girasol
ahoga mi mano
Extendida
busca a quien dará la vida
de amor a su Radamés

(Di Verdi: ¿En cuál acto es
que muere conmigo Aída?)


FARSA EN UN ACTO (TRUNCO)

Para Francy Bazurco


Ah Garrick este escenario
ya no parece la vida

Se me ha perdido una herida
flotando entre el lunetario
y el proscenio
El residuario
del ángel le ha visto el ala
bajo el perfil de la sala

La luz creyó verla inerte
zozobrando entre la suerte
del pétalo de una bala
que ayer la amó
¿Y esa gala
le maquilló el bofetón
con su seda?
En el balcón
nadie descifra la rala
premura de la picuala
que prefirió el escondrijo
al colibrí
¿Fue el alijo
de este mitad comediante
mitad caballero andante?

Ah la herida y su acertijo

Nadie atestigua de fijo
por dónde anda la piel rota
por qué fisura remota
el agua se hizo amasijo
en su corola
Yo elijo
el telón del obituario

No aplaudan
el incensario
no alcanzó a alumbrar la herida

Ah Garrick esta guarida
ya no parece escenario


SOLILOQUIO DEL QUE ES BUENO

Stradivarius ¿qué cuerda
le pusiste a mi violín?

Y tú Teseo ¿a qué fin
me llevas a que me pierda?

¿De qué venado mi cerda?
¿Qué nombre voy a inventar
a esta amargura?
Qué mar
me da Alfonsina en su copa
para el naufragio
¿Qué ropa
me exorcizará?
¿Qué azar
aliviará el espaldar
donde me trepan las zarzas?
¿Cómo escapo entre las garzas
de este lago?
Ah Baltasar
último rey Qué lunar
trocó a tu hijo heredero
de Babilonia en estero
de los caldeos
¿Qué fruta
me equivocó Adán?
¿La ruta
la dio Jesús?
¿Por qué muero
de esta capa de cristero
si nunca aparece Cristo?

Ah Verona me desvisto
tu escala sublime pero
rota sin un asidero

Suéltame Romeo aparte
guarda ya tu inútil arte
Ya deja la daga quieta

Ni siquiera está Julieta
para poder suicidarte


PARA UN RETRATO DE YAZMINA

En las pupilas de aquella mujer
brillaban de rato en rato relámpagos
de deseo cuya expansión implicaría
una revelación del cielo a quien amase.

Alejandro Dumas (hijo)


UNA MUJER

tan lejos de la suerte
te devela algún sábado la oscura
manía de ser dios
La travesura
es un soplo de orgasmo al aguafuerte
sobre tu placa gris
De florecerte
hay una gana azul en tu pestaña
Qué de pájaros viola tu guadaña
recostada a un estero
¿Qué dibujas
en no sé qué silencios y burbujas
que te arropa el amor con tanta saña?


MENSAJE NO ENVIADO DE MIGUEL PARA ANA, ESCRITO EN LA NOCHE FEBRIL DEL JUEVES SANTO DE 1595, Y HALLADO EN EL TERCAMENTE VIVO FUERTE DE SAN TELMO

La puerta en medio
La puerta
que Dios no nos deja abrir
La puerta del buen morir
sobre la hoguera entreabierta
de la piel
El agua alerta
desteje labios prohibidos
en nuestros cuerpos
Latidos
que traspasan cada sombra
Mi voz sin voz que te nombra
Tú rehaciéndome en gemidos
que brotan entre los nidos
del alma
¿Será tan ciega
la mano de Dios que riega
cadenas a los uncidos
de amor?
No Relatos idos
nos avienen otra unción:
Ah mi Tamar Ah mi Amnón
El agua oculta florece
y la puerta se humedece
(La puerta es otro Absalón)

Madre dad la bendición
a estos cautivos
“Amaos
—nos dijo en la muerte— Daos
la fiebre del corazón
y nunca os odiéis Perdón
no requiere el ansia alada
toda en Dios iluminada”

Tus manos Ana en mis manos
tantos inviernos veranos
tantas páginas sin nada
más que la dulce estocada
de sabernos
(Ah mon coeur
sera la mort sans la soeur
de ses sentis
)
Tu mirada
desabrochándome cada
lágrima cada desvelo
Mi boca en cada consuelo
de tu boca en tu corpiño
bajo tu encaje mi niño
aliento tu aliento al cielo
tu mano y mi mano al vuelo
paciendo bajo tu enagua
a otra oveja estalla el agua
de Dios se funde el anhelo
de árbol y tierra…
Y en celo
sigue implacable el portón
(La puerta es la transgresión)

Ana adiós
Se oyen rebatos
Queda en Eros
Yo en Tanatos

(La puerta es otro Absalón)


DE ARMANDO A MARGARITA LUEGO QUE ELLA LO DISUADIERA DE SU RIDÍCULA FUGA DE PARÍS

¿Por qué seremos nosotros más rígidos que Cristo?

Alejandro Dumas (hijo)


Perdón: extraña abadía
de oculto Narciso
Preso
de tu verdad torno al beso
de mi yo
Cuánta jauría
comercia con la falsía
bajo el sombrero de copa
¿Y qué soy si no me arropa
tu desnudez?
¿Por qué anudo
tus camelias a un escudo
si no soy Dios ni tú copa
sino jardín sino río?
¿Y el mismo Dios no es placer
en su fin?
Ah partenaire
que engalana un desvarío:
¿Amo tu cielo o el mío?
¿Amo tu amor o mi amor?
(Ah si tu ne donnes pas d’or
au soleil le jour poindra?
Et l’ombre disparaîtra?
)

¿Tu sangre sufro o la flor
que se disuelve en mis manos?
¿Adoro la jaula o tu ave
regalándome la llave
de inaprendidos veranos?
Ah Margarita qué vanos
rocíos traigo a tu vid
(Ah Marguerite Marguerite
ta main est un blanc oiseau
qui rappelle au noir manteau
que le matin passe très vite
)
¿Por qué me aferro a tu chal
si puedo besar el viento
que lo besa?
¿Qué otro aliento
alienta a Armando Duval?
(Ah Marguerite qui est-ce qui est mal?
Hautain moi? Ta maladie?
Pourquoi le brouillard fleuri?
Aime-moi Marguerite Gautier
comme à ton chien qui a pleuré
ta toux ma dame de Paris
)


NUPCIAS

Se nos quedó tendido el lecho
sobre el anuncio de la luna
La miel fluvial cuajó en alguna
abeja triste
El dulce acecho
llovió de viernes un helecho
arrebatado a Boinayel
Se oye una sed en el dintel
Baña Atabey tu oculta rosa
y unge con una mariposa
mi boda antigua con tu piel


AVE EVA MÍA

Novia mía que estás en la altura
del silencio
Dios te crucifique
feliz bajo mi cuerpo
Abre el dique
de la sombra y venga el agua pura
a nuestro reino
Vuelva mi dura
flor a tu aire
Venga a nos la vida

Novia mía que flotas vestida
de malva sueño y azul encaje
Dios te devuelva pamela y traje

Novia mía que duermes vencida
de victoria
Véngase tu gel
al derramado elixir de tu hombre
Santificado sea tu nombre
por mi lengua
Venga a nos lo infiel
que Jesús congeló en mi pincel
sin tu lienzo sin tu ardido velo
(unción de María contra el hielo
de los mitos)
Véngase tu frente
sobre mi costilla Eva durmiente

Novia mía que estás en el cielo
de mi esperma
Líbame las redes

Novia mía que bajas desnuda
a mi altar
Perdónale la ruda
indolencia al Señor
Tú que puedes
nacerme otro dios cuando concedes
tu géiser sobre mi labio
Ven
Viólame niño en Jerusalén

Novia mía que muerdes la aurora
Ven abierta a mi pesebre
Ahora
y en la hora de nuestra lluvia
Amén


PARA UN RETRATO DE YAZMINA

Los cuerpos que se aman jamás son los
cuerpos reales, sino otros que suscita
y proyecta la imaginación de los amantes.

Severo Sarduy


En tus ojos algún dios
se está tomando un café
Sentado está en su porqué
donde urgen dos llamas dos
Por el pliegue de la voz
(siempre es doble) no le avisto
el pudor
No sé si es Cristo
o Atabey Ochún o Pan
Juana de Arco o Gengis Khan
Sor Juana Inés o Mefisto

Por el pliegue de tu voz
la luna filtra un visaje
de Julieta
Algún tatuaje
lubrica idilio y adiós
Todo en uno Todo en dos
cuerpos que liban la piel
con la renuncia
Y en el
agua que lame tu fuente
se baña Fanny indolente
posponiéndote la hiel

Hay un orgasmo en tus pies
otro en tu puerto en tu oído
en tu azul y la libido
te erige en reto otra vez
Todo en una en dos en tres
derrotas de la costumbre
El mástil arde en tu lumbre
La Marteuil y Mesalina
nos rocían la opalina
extremaunción de la herrumbre

Luego Gioconda te alcanza
¿Qué me pides desde dónde?
¿Qué desacato se esconde
en tu esfinge que me avanza
la ausencia?
¿Qué trunca danza
deja en tus ojos la voz
desabrochada en la tos
de Margarita Gautier?
(En tus ojos el café
se está bebiendo a algún dios)


LA CALLE ESTÁ DESNUDA

Tanto afluente
no me despierta el ruido de la plaza
teñida de tu ausencia
Hasta tu casa
me queda tanto tumbo tanto diente
Yo pudiera ser otro más urgente
pero no sé el perdón a este Vedado
de espalda ante tu asombro derribado
a punto del violín
No sé el incesto
entre lágrima y mar
Fiel palimpsesto
el corazón se niega a ser borrado
Se niega a ser el vuelo rotulado
sobre el sudor que tu agua dejó escrito
Se niega a ser espasmo de tu rito
entre mi almohada
El barrio se ha guardado
tu aroma en su desdén
Se me ha escapado
la ciudad a tu sombra con mi espliego
Yo pudiera ser otro más labriego
pero el fruto es invierno y yo sin manta
Pablo llora
A lo lejos alguien canta
La calle está desnuda y yo sin fuego


BREVE ELEGÍA A SOLAS

Volverán las oscuras golondrinas
del insomne
Serán lo que no anduve
por calles de tu abril lo que no estuve
en tu sudor a tálamos y ruinas
de un convento
Serán las concubinas
del onanista enjuta primavera
que estalla y te me ansía y te me espera
en la almendra del aire y de las rosas
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañera del alma compañera


ORFEO VAGANDO ENTRE LOS PÁRAMOS

Sólo el peñasco me escucha tañer Esta lira es ella La rescaté bajo tierra después de la mordedura de octubre Pero la absurda mano de Hades condenó mi ansioso cuello ¿Qué azor me persigue oveja en ristre? Oh mi Eurídice mi Eurídice humedéceme este sol de invierno Dame tus alas de amaranto Barre el lodo de este icor Ampara el ojo que me cancelan las Tracias ataviadas de muchachas Ahora vago vago y yazgo sobre el pavor de mi canto Déjame penumbra esquife bajo este turbión Oh Eurídice pero que yazga en tu mano


DESENCUENTROS EN EL BOSQUE DE JAYADEVA

¡Allá tú me ves, allá!

José Martí


¿Qué nos extravió el andar
gemelos de ingenuo hospicio?
¿Cuál el muro? ¿Fue tu indicio
casi hereje? ¿Fue mi azar?
No imaginaste mi mar
despenetrando tus bieses
Ciervos parecían nueces
a tu líquida azagaya
Yo huía de la atarraya
donde claudican los peces

Qué manera de la sed
para cómplices veranos
Qué ebrio engaste de las manos
a través de una pared
de burbujas Núbil red
clandestinizaba al reo
vocinglero del deseo
de intemperie Tú tan brizna
eras Radha para un Krisna
Y tu Krisna era un Orfeo

Tú entre las Gopis Me lleva
el incienso hasta tu asombro
de vida sobre el escombro
crucial Pero Jayadeva
se ha dormido Pronto nieva

un ángel en tus vencejos
Yo voy sediento de espejos
a los ágoras salobres
donde se sientan los pobres
donde se sientan los viejos


MENSAJES DESDE ALTA MAR

(Manuscritos hallados en sendas botellas
de cerámica, en disímiles sitios cercanos
bajo el puente de la abadía de Alamar, muchos
años después de que el río se secara, en el
Año del Señor de mil y novecientos noventa y nueve)


PRIMER MENSAJE

Papá:

Seguí tu consejo de bendecir los lunares y rescatarlos en pares a bordo del barco viejo que me estrenaste. (El espejo me dio un voto de paciencia pero no lo usé: Tu ausencia me pidió zarpar muy pronto). Ahora tirito en el ponto sin una pizca de anuencia. (Diluvia). La concurrencia se porta muy bien: me priva de mi culpa en la deriva. Los remos de mi impaciencia naufragan en la clemencia de la barca. Me acompaña Cupido con su guadaña.

Adiós. El puerto se aleja.

Un beso.

Tu hijo
(una vieja versión nueva de tu hazaña)


SEGUNDO MENSAJE

Papá:

Un vencejo vibra en la cubierta. ¿Lo has enviado tú por mi rescate? ¿O deberé ser yo quien le desate las amarras y cierre la compuerta de la lluvia que sangra su ala abierta? Con soledad de incauto yo dirijo la cura del vencejo y su amasijo de coplas (¿negras? ¿blancas?). Sus efluvios ¿qué anunciarán? ¿El sol? ¿Otros diluvios?

Cupido me vigila. Un beso.
Tu hijo


TERCER MENSAJE

Mi querido papá:

Debió el vencejo conjurar otra lluvia sobre el arca pero no pudo el pobre: De la barca quiso partir: Cierto lunar muy viejo y otro antiguo acosaron su entrecejo. (Un golpe de agua turbia, algún crujido, le tejieron de cruces el sentido). Desde su fuga en pena por acá diluvia tanto.

Sálvame, papá.

Tu hijo
(reo infame de Cupido)


CUARTO MENSAJE

Papá:

Ya sé. No hay vencejo que exorcice la tormenta. De esta lluvia truculenta ya el cuento se ha puesto viejo y no queda animalejo que se aventure al conjuro. Falta hace el ave (lo juro) siquiera para el rescate.

Papá, adiós.

(El barco late como un corazón impuro)


ÚLTIMO MENSAJE

Papá:

Recibí tu aviso: Nadie salvará esta nave sino yo. Cruda es la clave. (Ahora diluvia granizo). Si escondo en el entrepiso de la barca el remo roto nadie buscará el ignoto vestigio de mi diatriba. Pero será la deriva mi bumerán. Yo, el devoto de aquel cristal, hago un voto ante tristísimos pares: Yo bendije los lunares. Yo consagraré el remoto salvamento del piloto y de su rémora. (No importa quién diluvió).

Cupido con su cadalso me tizna el pecho descalzo.

Adiós, papá.

Tu hijo
(Yo)


UN PARVO DESATINO DE CARONTE


YA VUEVEN LOS TRIRREMES

de la Estigia
En
sus aguas los buenos mirmidones
mi cuerpo niño hundieron
Los talones
develan una burla casi frigia
de Zeus
Una aleta urdida y ligia
me tienden las nereidas como alfombra

El Hades teje un mar que no se nombra

Un parvo desatino de Caronte
me lleva hasta las fauces del trifronte

Y yo parto sin piel hacia mi sombra