martes, 25 de agosto de 2009


Cántaro inverso

PREMIO
IBEROAMERICANO
CUCALAMBÉ 2004

Publicado por la Editorial
Sanlope
(Las Tunas, 2005)



La imagen es del Coloquio de la pasada XLII Jornada Cucalambeana. En ella aparecen, de izquierda a derecha, el doctor Virgilio López Lemus, moderador del encuentro, y Pedro Péglez González, cuando a nombre del Grupo Ala Décima informaba sobre el trabajo de la agrupación. Foto: Colaboración de Waldo González López y Mayra Hernández.


Pedro Péglez González
n
ació en Ciudad de La Habana, en 1945. Poeta, periodista e historietista. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Unión de Periodistas de Cuba. Se desempeña en el periódico Trabajadores, donde ejerce la crítica literaria. Además de su quehacer en prosa y en dibujos, por su obra en versos ha recibido reconocimientos, desde que en 196
7 alcanzó su primer premio en el concurso 2 de Diciembre y mención en 1968 en el concurso 26 de Julio, hasta los más recientes: Premio Iberoamericano Cucalambé en 2000 y 2004; en el 2001, premio extraordinario en el concurso nacional de poesía Regino Pedroso; en el 2002, premio en el concurso nacional de poesía Regino Boti; en el 2006, premio de décima en los V Juegos Florales de Matanzas. Tiene publicados varios poemarios (en estructuras cerradas y en versos libres) y ha sido incluido en selecciones poéticas de Cuba, Estados Unidos, España y México. Sus decimarios en letra impresa son Los estertores del agua (Editorial Sanlope, 1998), Viril mariposa dura (Premio Francisco Riverón 1999; Editorial Unicornio, 2001), (In)vocación por el paria (Premio Iberoamericano Cucalambé 2000; Editorial Sanlope, 2001), La noche es ella (Ediciones Como un ave libre, 2001), Tribulaciones del arca (Ediciones Luminaria, 2002), Paflagonia de noche según el condenado (Premio Regino Boti; Editorial El Mar y la Montaña, 2003), Donde dice primavera y es otoño (Premio V Juegos Florales; Ediciones Matanzas, 2007) y este Cántaro inverso. Preside el Grupo Ala Décima, con base en Alamar, Ciudad de La Habana.






JURADO

Roberto Manzano
Teresa Melo
Reynaldo García Blanco






EQUIPO DE REALIZACIÓN

Edición: Alberto Garrido Rodríguez
Diseño: Samuel Perdomo Fuentes
Corrección: Neisy Ávila Parra y Argel Fernández Granado
Composición: Aliomar Fonticiella García
Impresión: Andrés Sao Téllez







PRÓLOGO


EL CÁNTARO PROFUNDO

Por Roberto Manzano
Premio
Nicolás Guillén 2005

Pedro Péglez González es un decimista consumado. Lo sabe todo el que cultiva hoy en Cuba la décima escrita. Los exploradores que marchan a la vanguardia de esta modalidad compositiva, aunque se encuentren inmersos en búsquedas lejanas a las suyas, lo conocen perfectamente. Callan los pocos críticos que existen, en sospechoso silencio. Sus amigos, en compensación, extienden el reconocimiento fraterno. Es la estimulación oral, de tanta enjundia en nuestro medio.

Los recursos acarreados por sus décimas vienen de la tradición más próxima al creador, acaso de los impuestos por la irrupción de los años ochenta en el campo dinámico de la escritura en décimas. Esta década aprovechó el subjetivismo y la impronta asociativa de la mejor décima de los setenta e incorporó procederes de larga data, pero reactualizados vivamente por una generación de creadores que se percibieron a sí mismos como rebeldes y fundadores de nuevas direcciones de expresión.

Dentro de esa herencia cercana, dos recursos son dignos de mención, por la importancia general que tuvieron, y por el tratamiento especial que les imprime el poeta. Uno es la densidad trópica, que no teme al hermetismo sugeridor o a la intertextualidad más ecuestre, y el otro es el encabalgamiento de múltiples funciones, que dinamiza la incorporación de la décima a lo puramente poemático, al contrastar con positiva violencia lo métrico y lo sintáctico. En ambos procedimientos, que resultan básicos en el presente libro, el poeta exhibe la facilidad ergonómica de los maestros.

La hechura de sus décimas es incambiable. Son las credenciales de la hechura de su mundo interior. Con sintética habilidad son manejadas las operaciones artísticas que conducen a un resultado de apreciación anímica, o a un estado sutil de pensamiento, o a una representación de carácter onírico que no pierde jamás sus poderosos visos de realidad. Son las manipulaciones íntimas de la imagen, en que se debe tener una singular capacidad de retención y despliegue, pues las figuras movilizadas son ideales, y es como levantar esculturas de niebla y empotrarlas silenciosamente en palabras.

Se sabe si un poeta domina sus visiones por la concisión y claridad de su dibujo elocutivo. En las décimas que siguen advertirá el lector, si lee con pausa y simpatía, que es como debe leerse toda obra compleja y generosa del espíritu, la firmeza progresiva de la línea poética, conducida a través de un raro zarcilleo que no la extravía, hacia la meta final y abstracta de la composición. Suponiendo que fuera posible desentenderse de los mensajes, el acto de observar cómo el autor extiende, dentro del cerco de las pautas y a través de los saltos de los encabalgamientos, el hilo de la elaboración ideológica, sería ya un disfrute estético singular. No hay nada como captar la maestría. Ver trabajar bien produce alegría al espíritu noble.

En ese trabajo singular hay algo, aunque sea por sutil comparación, semejante al talento especial del urbanista. Las décimas de Pedro Péglez no son casas aisladas, aunque cada una de ellas lleve un alzamiento cuidadoso y estremecido, sino conjuntos arquitectónicos que tienen sentido fino de la convivencia, y son como construcciones que se miran unas a otras y se calculan las distancias y conjunciones que les están permitidas, según leyes de gracia y comunicación, dentro del espacio total del poemario. El lector entrenado disfruta también la energía especial que se ha impreso en la concepción, distribución y ejecución de los conjuntos. El libro de poesía no es un almacén azaroso de vivencias, sino un organismo de comunicación artística.

Pero de nada vale la habilidad que mira su propio ombligo, y que tiene algo de circense: la habilidad ha de ser conseguida, y convertida en segunda naturaleza, para expresar con eficacia nuestro inalienable mensaje interior. En este sentido, las décimas de Pedro Péglez saben sortear con elegancia los riesgos de la novedad a ultranza, de la iconoclastia sin cauces, del estrépito vacío: una poderosa brújula interior le salva de los probables desequilibrios. La autenticidad de lo experimentado y la naturalidad de los sentimientos, dentro de un enunciado que se asienta sobre el dolor ―cauce por donde transitan todas nuestras vidas―, da a sus versos una rara capacidad de solidaridad y conmoción. Una fluencia elegíaca, leve, pero orgánica, recorre hasta sus instantes más luminosos.

Sepa el lector que a esta edición del Premio Cucalambé de Décima Escrita concurrieron cuadernos de varios países, y que había muchos entre ellos de indudable calidad. Pero el Jurado determinó ofrecer el primer sitio para Cántaro inverso, por el vigor y humanismo de sus mensajes y la imaginación composicional que lo caracteriza, entre otras razones de mucho interés. Ahora que este cántaro profundo entra en las manos públicas, un jurado de mayor amplitud y jerarquía lo recibe. Este inmenso jurado dirá la última palabra.



Roberto Manzano








CÁNTARO INVERSO



A mis hermanos del Grupo Ala Décima.




Le monde est un palindrome du démon.

Julien Green



Pero traed ese cántaro.
Que este último humor no ofenda al viento.
Pero traed ese cántaro.

Virgilio Piñera





PRE SCRIPTUM
(Controversia primera)


-Peter, Peter, no quisiera ser rémora ni piloto de este bojeo. Soy loto clamando por la biosfera de tu reino. Esta albufera me está podando el través de la quilla. ¿Es el revés de tu islote los estratos que obran Cronos y Tanatos? ¿O está escrito en el envés de la inocencia?

-Tal vez el extravío del verde es la culpa de quien pierde su amarillo y su azul. ¿Ves qué simple? Hay que ver quién es el que uno fue…

-Tiempo atrás fui Pan y hechizaba a las ninfas. Pero otro flautista me llevó, ebrio en su pista, a aquel naufragio mordaz. Fue en Hamelin, ¿no lo has…?

-Sí, me contó Campanilla ese desastre…

-Otra orilla me vio Sandokan de más de un barco a Nunca Jamás…

-¿A esta isla? ¿Y qué desquicio te perdió?

-Algún vil auspicio de Al-Kassif. Bajo el azote de Simbad fui su galeote remando hacia el maleficio de Ketra. Escapé del vicio al mar, pero las Gorgonas me hicieron piedra…

-Amontonas las grietas contra el bullicio del agua. Ningún alisio nos soplará los tormentos del icor, ni los asientos del olvido amainarán…

-¿Pero y la flor, Peter Pan, la rosa gris de los vientos?





VINDICACIÓN DE LA SED


A ti, François Villon, poeta triste,
lejana sombra que también supiste
lo que es morir de sed junto a la fuente.

Nicolás Guillén





ALEGATOS CONTRA EL VIENTO (I)


Oíd, mortales, el grito sagrado…

Vicente López y Planes
(Del Himno Nacional Argentino)

Al poeta Ernesto Che Guevara

Para Héctor Celano


Oíd, mortales, el hambre de los ustorios. Ved: sus vientres devuelven la luz para incendiar el enjambre genófago. Pero estambre es Siracusa ante Roma. (Cuchillo abisal que asoma bajo el viento. Turbio labio. Lanzada espalda del sabio. Ah Roma. Ah siempre Roma). Ah Roma siempre y el seco presagio de la manzana (¿misma de Adán?), la manzana predestinada a algún hueco Dei gratia. Mirad el eco de los espejos. El zumbo de los que escuchan el rumbo pese a los dobles cantares del etesio. Son juglares del equinoccial retumbo de otro dios. Oíd la sed de la lluvia, de la muerte, por amarlos en lo inerte (¿parcere subjectis?). Ved su trampa. Cuánta merced ha de pagar el camino para ser ciudad. El sino oíd, mortales, del paria cristalizado en un aria para el coro. Oíd el vino derramado. Oíd la sed de los ustorios. ¿De dónde mana el agua que se esconde sobre la astuta pared del aire? ¿Cuánta la red que ha de pagar el aliento para ser arca? ¿El Adviento previó esta inulta paloma? (Ah Roma. Ah siempre Roma. Cuchillo bajo del viento).





POR EL PRIMER MALDITO


Este es el barco François
Te lo entrego como trueque fugaz
de hiel por heces
Tú me darás a cambio
(pierdo a veces) esa torre de Meung
Mi voz de ciego en el puente de mando
es sólo un pliego que atestigua la cruz
Somos malditos François
malditos de la sal
contritos por ofender a quién
Somos pegasos con las alas flameadas
por acasos que nos vienen
de dónde de qué gritos

(Es mi barco François no el de Rimbaud)

Un beau bateau assez grand
(Qué maravilla qué ternura esgrimir
la otra mejilla)
No es beoda esta nave ebrios tú y yo de la sed
Toute la vie est ce grand bateau

Te lo entrego François
parte y escampa de pluvial muerte
boga entre la estampa de la bondad
apura la virtud de ser arnés

Yo espero en la quietud de la torre
tu vuelta de la trampa





TAKE THY BEAK FROM OUT MY HEART
*

Para Juana Carrasco

“Caerán los ladrillos, las cornisas, las pequeñas ventanas, las balaustradas de madera de las escaleras (…) Se irá un testigo mudo de los días neoyorquinos de Edgar Allan Poe y Manhatan perderá otro encanto…”

(Diario Juventud Rebelde, 8-10-2000)



¿Y después después de todo
qué nos queda de la vid?
¿El polvo de Amity Street
85 y el lodo
antes de la lluvia?
¿El modo
de ser silencio otra vez?

Ah Edgar Allan la Third West
no es calle sino sepulcro
que nada sabe del pulcro
pájaro negro el envés
de un manuscrito extraviado
en la botella del siglo

The Raven entre un ceñiglo
de oro sobre el busto ajado:
Blanco y negro bajo el hado
del áureo animal protervo

¿Volverá un día el acervo
virginal de tu Lenore?

Ah Edgar Allan
-Nevermore
-grita el cadáver del Cuervo


* The Raven, E.A. Poe





CARTA AL MANCO
QUE NO QUERÍA ACORDARSE


Don Miguel:

Para el espejo no hay sitio. Algún tragaluz regurgita un arcabuz que me apunta al entrecejo del ala. ¿Seré el hollejo en una mano longeva de parroquias? La manceba procesión de viejas cruces me besa y lanza de bruces a su Verdad: otra cueva, otra cueva de Medrano. ¿Cómo escapar de esta ancha deuda nuestra? ¿De La Mancha cómo retirar la mano trunca? ¿Lloveré en secano si siempre irrumpe ese estero tan gris?

Yo tampoco quiero recordar a Argamasilla de Alba pero la escotilla sigue ahí.

Fiel,
su escudero





A LA SOMBRA DE UN TAL MAIAKOVSKI



Vámonos
Valodia
al año de las banderas

No vuelvas la pierna al hoy
a estas selvas de estroncio

Quédate paño rojo
Reescríbeme El Baño en el índice
Yo puedo disolverme
en el denuedo
de apuntar sin tu escapada
futurista
Al camarada aquel regrésalo
al ruedo de la lumbre
Tengo miedo de quedarme
sólo en foto de mi padre
sólo en voto de castidad
Tengo un dedo
sólo un dedo
Te concedo su vértigo
y su clemencia
Yo no quiero
en la inocencia ser la tapia
Yo conjuro el dolor
que empuja el muro
contra el ónix
(La demencia es no estar
loco de ausencia)
Conjuro el óbice
al puma
al errático de espuma
la espada de la imprudencia
(perdóname Ilich)
la esencia del proscrito
y del postrero
Valodia
vpiriod
No quiero olvidarme
que te olviden
No dejes
que te suiciden
otra vez
porque me muero





BREVE CAMBIO DE IMPRESIONES
CON EL POETA DE LAS PADRERAS



-No hemos sido hechos para llorar una vez solos.

-Ah, Parra Wa Samen, desde tu palabra casi amo el aire de ergástulas. Casi río la sal cuando converso con la soledad de los tumultos.

-Yerras si el estigma se vierte en la antinomia de la cima del lábaro.

-Entonces dime, poeta comanche, ¿cuál otro pendón nos queda?

-Cantar a dentelladas la mordida.





BALLAD FOR PAPA

A la memoria de mi hermano Nelio Contreras



La mar es sólo una aguja
(Está muy triste la mar)
Escopetazo
Pilar
al pairo
El África estruja
su alarido
(Quizá ruja
una gacela)
En adiós
va Frederick Henry a los
brazos de Barnes
¿Por quién
doblan las campanas
?
¿En
qué fuga tu sangre oh dios
oh dios broncíneo del verbo?
Roaring twenties
¿Avestruz
o vengativo trasluz
por toda la sombra?
(Acerbo
Thomas Hudson)
Salta el ciervo
sobre el abismo de tu ojo
Escopetazo
El cerrojo
hacia la vida se escapa

The sun also rises Papa

(Pero siempre nace rojo)





WIE SCHADE
(QUÉ LÁSTIMA) O PALABRAS
A
HÖLDERLIN DESDE LA LUCHA
CON
EL DEMONIO DE STEPHAN ZWEIG


Herr Zweig me tiende dos manos:
la una es alfombra de Goethe
y en la otra tú vas al garete
revuelto entre polvos humanos
Wie schade Qué torpes y vanos
los cotejos ¿Qué uña decide
el pretor y el paria? ¿Cuál pide
la luz para él y a ti el desastre?
¿Quién libra al velero del lastre
de la sal? ¿Cuál índice impide
diadema a tu parva tonsura?
Ah Hölderlin genio sin fuego
ni lámpara Berlín fue un ciego
para tus ojos La atadura
a tu ala fue la sinecura
del silencio ¿Qué Estigia vierte
-wie schade- tu blancor ya inerte
en copa de olvido? La clave
es una piedra amarga: El ave
no nos da el vuelo hasta la muerte





PALABRAS AL CHOLO
DE SANTIAGO DE CHUCO



Salve César
perdona te hable tanto de los viernes
Perdona que estés muerto teniendo tantos panes
en mi huerto sembrados por qué golpes
por qué santo y seña del pesebre
Es el espanto de no acostarse todavía
Son las puertas no tocadas aún
Perdón perdón
que la calígine me es tanta que no consigo
hornearte en la garganta
pedacitos frescos del corazón
Ave César
perdona este saludo imperioso de Roma
sin cuadrante cantábile
Perdona al bogavante que rema con sus brumas
con su nudo entre el labio y el pez
Perdona al mudo locuacísimo
orando en el estero
Yo no quiero ser playa
Yo no quiero Pero debo saber
si soy escualo
o me falta un rabillo de somalo
para no ser París con aguacero





MANUSCRITO HALLADO DENTRO
DE UNA BOTELLA EN ALTA MAR,
NO LEJOS DEL BÓSFORO

Para Karel Leyva



Ahora soy yo el que te llama desde el borde del Mar Negro. Padre, padre, ¿cómo alegro el agua gris? ¿Quién aclama tu frente bajo esta rama torcida del abedul? Si ya Sofia y Estambul no son tan lejos. ¿Qué sed te amaino yo, tu Memet? Si ya Moscú no es azul. Padre, padre, ¿dónde están el hombro, la certidumbre, la homínida mansedumbre en la cola de Sheytán? ¿Dónde se quedó el diván de planear tiempos lunares? ¿Y el estribo? Los ijares del porvenir no reaccionan y funcionan y funcionan los reactores nucleares de espalda al sol. Vieja edad retorna en un turbio auspicio al espejismo del juicio global del ego. Heredad de embudo. Padre, ¿verdad que tú me oyes? Deja fijo sobre mi pecho el alijo. Descansa en mí. La añoranza ahora soy yo. La esperanza sigue siendo el hombre.

Tu hijo





LA LUMBRE ALADA

Para René, Ramón, Fernando, Antonio y Gerardo



Mejor la estrella que ilumina y mata
,
padre nuestro que estás en los dolores
de la hormiga, oh mónada en los soles
y en las tejas del viento y en las palmas
sanguíneas de las sienes. Dame el ala
para burlar contigo el laberinto,
no al icárico sol sino al hospicio
que abriéndose en tu llaga y tu paloma
se oye que un paso más sube en la sombra
de máscara y silencio. Dame el brillo
para ahuyentar los pávidos caminos
de la espuma. Aunque condenen mis poros
(todo el que lleva luz se queda solo)
alguna vez serán lluvia y racimo
y David será el mar. Y habrá un suspiro
semejante a su honda o al remanso
donde el arroyo anuncia el febril salto.
Y verás que de mí, oh padre siempre,
por sobre la ordalía de la muerte
se enciende, como a fiesta, el aire claro.





PALABRAS ANTE LA CASA
DE
LA CALLE DE PAULA

Yo sé de un pesar profundo...

José Martí



¿Penas? ¿Quién osa decir

que me escamoteó el espanto
la terca luna?
Lepanto
no es más que el modo de asir
la pestaña de zurcir
con la otra mano
Si pliego
mis ventanas de labriego
impenitente ¿a qué pies
veremos alma quién es
quien te da el tósigo ciego
de amanecer?
¿En qué ruego
habré perdido el pivote
donde sembraste un cenote
después del rayo y del fuego?
¿Y si quedo en sauce?
Luego
de atar la lluvia y crujir
hay montes y hay que subir

Entonces cuando el remanso
revuelva el pistilo manso
¿tendré tiempo de sufrir?





SILENCIO DE LA ABADÍA


…como el espectro del asesinado que merodea el escenario del crimen porque no puede convencerse de que está muerto
.

Erica Jong





ALEGATOS CONTRA EL VIENTO (II)


Si como Ofelia huyera en un vaivén de agua
arrancaría voz a tu silencio?

Aitana Alberti



Ved, humanos, el responso de la hoja: “Yo me iré al humus. (No importa qué soy del follaje, si Alonso Quijano, arcángel o bonzo). Lo que importa al aquelarre del viento es aquel amarre de naipes con que me moja de silencio. Su congoja crudelísima que barre mi limbo hacia el escondite antes que llegue el Mesías: No importan las homilías en que conjuré el desquite de Cireneo. El convite (¿de qué?, ¿de quién?) es un arte de llevarme a ese baluarte donde no lea mi acento sino el polvo desatento. Yo me iré a ser un aparte del olvido. Algún quizá que reclama su estación. (¿Tu torre, François Villon? ¿El Mesías está allá, donde tu torre, François?) Yo me iré, me iré a la Nada y esperaré su estocada de vendaval sobre el tálamo, donde escribo con un cálamo de sangre gris coagulada”.





PREGUNTAS AL PAIRO


¿Qué precio exige al madero la tormenta?
¿Qué marea lo seduce
a que descrea su manía de asidero?
Diluvian índices
¿Pero quién apunta a Dios?
¿Qué vivo muere en la tabla
cautivo de su afán de caballero sin escabel?
¿Qué escudero le quiere atar el estribo?





ÉPICA INTRASCENDENTE


Iba surtiendo verdes en la arena
de Dios
Iba lloviendo con un arpa
como si fuera cruz
Nunca su carpa
quiso ser otra cosa que ancla buena
Él mismo se hizo pluma
A cada pena
le quiso colorear su lado oscuro
Se agotaron sus tintas
Y al conjuro
de la mano de Dios misericorde
se echó de un golpe roto y monocorde
por el puro brocal de un hombre puro





SILENCIO DE LA ABADÍA


El abad come su estío
sin reparo
Dulcemente
vierte su flor en la fuente
del otro yo
El desafío
va siendo un recuerdo impío
al norte de su rodilla
Tiende su paz
La bombilla
no alcanza su último empeño

El abad busca otro sueño
(Su próxima pesadilla)





LA LUZ LE
VIOLA LOS PECES
TAN FELICES

El recuerdo
son perdices para un lerdo
cazador de lobregueces

Alguien contempla sus mieses
sobre el altar
Una santa
ve su mármol y se espanta

Otra virgen le adivina
la vocación de la espina
y se persigna de tanta
alevosía
Le canta
el corazón sin embargo
(Zurcido de ron y amargo
pero cruje y se levanta
por si alguien vive
Le encanta
su gris de abad
Ahora ríe
su evangelio que deslíe
gota a gota su otro nombre

Mi corazón es un hombre
(se repite)

Quizá ansíe
su lápida que sonríe
desde el órgano y pregunta
por Schubert
Pobre la punta
del púber que desconfíe
de este Génesis
(Se ríe
y lo punza la saeta
de su ángel)
Ni el exegeta
ni las vírgenes lo amparan:

Dulcemente le deparan
su príncipe anacoreta





VISITACIONES DEL CUERVO


¿Quién desata los colores
del agua negra?
¿Quién vela
la paz de la sanguijuela
desde su orgasmo?
Las flores
rebotan gris sin que añores
su lado entero
Su estambre
te posa un niño en el hambre
y lo despide en un punto

Pregunto (Siempre pregunto)
¿Quién crucifica este enjambre?





LA ABADÍA LLUEVE
A DOS

Sube un coro de aleluyas
por los altares
Las suyas
son libaciones
(Son los
felices)
Baja otra voz
bebiendo su ámbar protervo

A lo lejos canta un ciervo
su lúdica profecía

Se disipa negro el día
El abad zurce su cuervo





QUÉ MÍSTICA DE ESA PUERTA

turba las púdicas galas
del abad
¿Se anuncian alas
tras la cortina despierta?
¿Están tocando a la incierta
piedad del clérigo?
Fluye
algún ángel
Se diluye
el hábito en muselina
El aire es otra cortina
Huye el abad
Sufre y huye





EL ARCO DE MEDIO PUNTO
RUMIA SU PAZ

Vuelve el agua
a ser donaire
La enagua
se difumina en barrunto
de espejismos
El difunto
púlpito ensaya y arredra
el suspiro de su piedra

El abad cena un mendrugo
de estrellas
Derrama el jugo
de su áspid
(Ruge la hiedra)





LETANÍA EN SED MAYOR


Al final del pasillo está la cumbre
(Sobrecoge ese túnel pero espanta)
¿Alcanzará en su salmo la garganta
o el cuchillo será la certidumbre?
Al final de su labio está la herrumbre
diluyendo el altar la mano santa
¿Quién le dibuja el hombro y se levanta
sobre su balbuceante mansedumbre?
Al final del olvido está la lumbre
Al final de su virgo cuece y canta





NO DEJEN QUE MUERA EL AGUA

de aquel sediento
No dejen
que los tigres desovejen
sus dos aspas
su piragua
a la deriva en el agua-
cero fiel
Dejen al vino
que le pregunte al camino
por dónde está la pared
No le cubran esa sed
a la frente de Mambrino





DENTRO SE LE HA MUERTO UN CIRIO

Alguna virgen sin rostro
le consagra su calostro
(Luego se le escapa un lirio)
Abanicando el martirio
va el abad con su ambrosía
¿Por qué nieva la homilía?
(Nadie viene Nadie viene
Ni tú Simón de Cirene)

Ya es muy tarde todavía





ESTÁ OFICIANDO UNA MISA
DE PECADOS

No lo sabe
La sacristía es un ave
con ala azul de ceniza
Se está rompiendo en la risa
del reloj su blanca luz
Pero no lo sabe
Sus
pájaros siembran el claustro
de renuncias
Algún astro
le va tejiendo una cruz

Está oficiando una misa
de pecados
Colegiata
es su antro de paz
La beata
concurrencia sólo avisa
que no hay nadie en la plomiza
mansión de su transparencia
Sus pupilos (penitencia
por ser el agua) son los
secuaces rotos de Dios
que lo desangran de ausencia

Esta oficiando una misa
de pecados
Ese huerto
de azules ya no es tan cierto
(La semilla se ha hecho prisa
violenta y escurridiza)
El ave de su heredad
vaga enferma de impiedad
Silencio
Ya no es el ave
Pero el abad no lo sabe
Está perdido el abad





QUE DIGAN QUE ESTOY DORMIDO


Para Consuelo Forero, que puso flor a este cántaro.


Somos una sed
y otra sed
en dos orillas apartadas.

Meira Delmar





ALEGATOS CONTRA EL VIENTO (III)

…he visto el aquilón de los pesares
las flores de mi alma destrozar!

Nieves Xenes


Este es el lirio, oh dadores de la equidad. Ved su queja más lírica tras la reja del aquilón. Ved, señores, cómo acusan sus rumores la mística sucesión de lilas por el balcón del lírico labio. Y luego, después del rayo y del fuego, cómo del viento la unción las lleva a alguna estación de naufragios. Trunca cena: Pan inútil. Luna llena que va escanciándose con cada numen. (Oh aquilón, ¿para qué extingues el cirio con que encendiste el delirio? ¿Por qué si la lila acreces, más tarde la desvaneces?) Oh lírica sal del lirio que acusa –azul litargirio– esa plata que no es más que otro espejismo. Ah el compás de la oropéndola, el virio, cuando cuelga el nido al lirio y el aire se lo destiende. Ah el viento que el agua vende como lírico consuelo y tiñe de ausencia el cielo. Ah el viento que al agua ofende.





MÉXICO LINDO Y QUERIDO

náceme en esa mujer
que me condena a tejer
en El Zócalo este ruido
de palomas
Su vestido
su encaje a trasluz huipil
fugaz que escurre su abril
por la plaza tan agosto
y yo que me quedo angosto
en mi estuche de reptil

Desángrame todo añil
por si esa mujer se vuelve

Exorcízame y absuelve
esta sed de aguamanil

Perdona este cruento atril
México lindo y querido

En torno al águila anido
mi beatitud de serpiente
y si nazco de repente
que digan que estoy dormido





COLOMBIA ES EL VIOLONCHELO

de tu mirada, mujer.
Colombia debe de ser
tus ojos de agua y consuelo.
Colombia dejó en tu pelo
su modo de amanecer.
Colombia debe de ser
un pedazo de ese cielo
con que me miras, Consuelo,
como si no hubiera ayer.





POBRES JOYAS SIN TUS DEDOS


Aprendo que tus manos son la alquimia
para que el oro pase a sueño de ave.
Aprendo que tus manos son la clave
para que huela el aire a azul vendimia.
Puede vacía estar la mesa nimia:
tus manos aparecen la diadema.
No el dorado metal de antiguo tema
sino un sopor hermosamente extraño
que tus dedos despliegan por el paño.
Aprendo que tus manos son la gema.





JUEVES / VIERNES


Un jueves puede ser otro planeta
otro septiembre abril otra camisa

Un viernes puede ser otra repisa
para un Eros sin arco sin saeta

Un jueves puede ser -quizá- una treta
donde pregunte Dios por su reverso

Un viernes puede ser un sol (con)verso
al que pidan piedad todas las nieves

Una semana puede ser un jueves
y un viernes puede ser el universo





RECORDANDO A GAMZATOV
EN EL PUERTO DE VERACRUZ


Siempre tendrás los grávidos caminos
fluyendo hacia mi altar, los cien espejos
que nos vieron un hambre de conejos
entre los dedos casi vellocinos.
Siempre tendrás mis súbitos Mambrinos
para ganarle flor a alguna guerra
con mi risa de verde. Y si se cierra
la ventana del sol, de Dios la escama,
si nadie llueve ya, si nadie llama,
es que te ama mi puerto bajo tierra.





MADRIGAL CON LLUVIA


Si muero lejos de ti
no diré cómo me llamo cada jueves
cómo salvo septiembre de la perdiz
No diré
cómo al cubil lavo el puerto
con el barco de tus ojos
Diré un árbol ya cadáver
ya maíz
Luego escribiré que te amo
y que te traigan a mí





CARTA DEL RECIÉN VENIDO
DE LA ISLA DE NUNCA JAMÁS


Campanilla:

De qué luz teñiste mi aire. El asunto será cómo vivo junto a tu sol pero sin tus modos de arder. Vieja cruz la distancia, antigua muerte. Tengo siglos de tenerte bajo mi almohada. De besos tengo kilómetros presos entre el adiós y la suerte de otra vez. Qué adolescente cristal me sangra la sombra que te nombra, que te nombra desde el vuelo hasta la frente, nido de azul. Ah tu fuente, donde inventabas el agua para mi sed. Ah la fragua, la fragua de la memoria que no se calma en la noria, aunque salta y salta el agua de tu consuelo. Cascada de la isla fuimos. Qué somos sino un cielo de palomos argamasándose en cada visión de orilla apartada. Te espero (qué talismán, Campanilla, tu ademán).

Ven pronto porque te quiero.

Yo, el último forastero amigo de Peter Pan.





E-MAIL

… ¿Y la manera
de saludarnos, de manera
que nadie comprendiera
que ésa es nuestra propia manera?

Nicolás Guillén



Estimada señora:

Como quiera que usted conoce bien la profecía del músculo mayor, por esta vía le ruego envíe -a la más corta espera- el protector para la primavera de acuerdo previo. Nuestra dirección:

romaalrevés@ . com

Por omaet@ . cu igualmente contacta usted

con-su

deudor



(Pida al dios Pan la traducción)





CONTEMPLANDO LA CARTA, DE VERMEER,
QUE ESTÁ EN MI CUARTO


Vermeer en la pared te me recuerda
grave
honda
nívea
dorada
Gioconda
Me lees: “La aprecio a usted”
“La recuerdo”
En la pared ¿Vermeer dice tu pena
tu astilla?

Salto a la escena
Tú ríes
te beso
Abrazo

Se humedece cada trazo

(Vermeer no nos condena)





IDILIO VIVO

ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

César Vallejo



Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita

de rosas como labios
ahora cuando encallan la lluvia y los agravios
en el puente de mando de mi azor sibarita

Ha de estarse al domingo de su gris margarita
contemplando en su arpegio mi invisible paisaje

Preguntará a la nube por mi rubio equipaje
y auscultará en su lunes mi aliento mudo y hondo

No sabrá cuánto me hace una falta sin fondo
ni que tiembla en octubre mi pájaro salvaje





FEROZ LA INOCENCIA


-Puedo llevarte más lejos que un barco –dijo la serpiente. (…) El principito no respondió nada.

Antoine de Saint-Exupéry





ALEGATOS CONTRA EL VIENTO (IV)


Tengo que sostener estas figuras contra el viento.

Roberto Manzano


Oh prójimos del panida, mirad la historia remota de esta angustia de la gota por no caer en la herida del barro fértil. (La vida es una astucia del viento; la gota, el trémulo intento de ser agua). Ah Hokusai, eternizado bonsai de la ola. Ah el monumento del sol húmedo en la frente. Ay de ella si la partícula no cae, si su vesícula de cielo seca el mugiente Eolo. Pobre la frente, pobre la arruga al desgaire, si la gota espesa el aire y no el bulbo de inocencia piramidal. Pobre ciencia de los yugos. Pobre el aire si embadurna los maitines con las lenguas del tarot. Oh ven, oh vennos, Charlot, regrésanos a tus fines de semana, a tus botines programáticos. Ah orfebre José Julián, da la liebre para saltar a la Edad, donde nos puso Piedad la muñeca en el pesebre.





MENSAJE

Para Dení, nueva Wendy



Peter quién me lo diría
tu isla siempre tan cerca
y ahora qué enorme esta alberca
de por medio
Qué porfía
del atroz péndulo enfría
y alarga el agua
En qué loco
afán tu país evoco
con catalejos tan viejos
y Nunca Jamás tan lejos
(y yo que remo tan poco)

¿Habrá en mi nave un pirata
compinche de tu enemigo
Capitán?
Indaga amigo
(Perdona el tedio: Me mata
de Campanilla la ingrata
lejanía)
Dame un haz
de azul que te acerque más
mi adormecida mansión

Manda el barco a mi balcón

Vuélveme a Nunca Jamás





LLAMO A PERRAULT

No contesta
¿Por qué nudo del recato
se me ha quedado el zapato
en vilo?
Para otra fiesta
se me ha hecho tarde
(La orquesta
murió de vals)
Me retoza
en el sueño una carroza
de calabaza y se esconde

Llamo a Perrault
No responde
(Cenicienta es sospechosa)





¿TÚ ERES QUIEN DUERME?

¿O yo el preso
del hechizo?
(Tanto he andado
que el guión se me ha extraviado
y no sé quién pone el beso)

¿Qué no es este el aderezo
real ni el hada menciona
a este príncipe?
Ah perdona
mi nombre creí en tu frente

Entonces Bella Durmiente
¿por qué en tu voz mi corona?





VÁMONOS GATO A OTRO CUENTO

que ya me sé este palacio
Sin botas se va despacio
pero termina el intento
siendo premio
¿Qué sustento
peor que el que queda atrás?
Vámonos Gato sin más
Por favor
Venga este trato:
Déjame a mí ser el Gato
el Marqués de Carabás





VOY PRENDIENDO MI RECADO
DE LOS ÁRBOLES

(La hazaña
de Perrault me hizo alimaña
más que fiera)
Acorralado
estoy en el bosque helado

Tu amigo que puso voz
y rostro al papel atroz
la redención solicita:

Sálvame Caperucita
Te espera

Lobo Feroz





HANSEL SOLO EN EL BOSQUE


Gretel Gretel ¿en qué nudo de luz te me has extraviado? En balde busca mi mano tu miga Si Dios nos puso juntos al bosque del mundo ¿por qué nos tiende el azar esta cortina? Ya el pan se me pierde sin tu boca sin tu “bueno” sin tu rosa sin tus ojos de cristal Tengo frío Estoy llorando de no llorar más contigo Tengo gris Estoy perdido si no me pierdo en tu abrazo Te espero Espero que el pájaro no se haya comido el sol Te espero Iremos los dos a la casita de azúcar donde una incestuosa bruja nos condene a hervir de amor






CON PERMISO DE LEWIS CARROLL

A Maideline Hernández



Alicia qué maravilla
buscar sendero
El camino
suele ser otro
El destino
quizá me espera en tu orilla
y no en tu bosque
(Qué hebilla
para atar el pelo al viento)

Ah mi Alicia ¿qué alimento
me hará más duende?
¿Qué ruta
me librará de la astuta
sonrisa del gato?
(Intento
su razón algún acento
pero es en vano: Hace rato
que se ha disipado el gato
y sólo ríe su aliento)

El conejo a su aposento
se retiró
Ya no pasa
con su reloj y su escasa
palabra gris
(Se hace tarde
se hace tarde y el sol arde
su apremio por la terraza)

¿Qué ditirambo me traza
la senda?
¿A quién le pregunto
el sortilegio entrejunto
que me lleva hasta tu plaza
de ternuras?
¿Y a tu casa
cómo libro de cerrojos?

Alicia dime a qué antojos
de flor dejaste la llave

O al menos dame la clave
del sendero hacia tus ojos





ROBINSON BIEN VISTAS LAS COSAS


No sé si darte las gracias Daniel
por este refugio inaudible
verde muro que me invidencia
(Esta vaga misión de pez
vieja escara de púlpito)

Oh Mare Oh Mare Nostrum
no encuentres la llave que no fui

No sé Daniel si amarte
Tan sólo sé
que me hace arena el rescate





AUTOGLOSA


No puede verse bien sino
con el corazón

Es cierto
Pero el corazón abierto
arriesga su ojo
El camino
pone polvo al cristalino
del músculo sin pestaña
ni párpado
La montaña
sobre él sienta su modorra
Lo acuesta a morir
La zorra
pierde su lágrima extraña

Él abierto
Gota a gota
su príncipe derramó
Ah la pestaña que no
le pusieron
Ah la nota
que no encontró la devota
partitura de los mitos
Ah la rosa de los gritos
que no le perdonarán
la ausencia del paraván

(Pero él necesita ritos)





LETANÍA DEL GENIO


Yo soy el genio
Mi llama
tirita en la celda oscura
de esta lámpara
La pura
mano de Aladino clama
mi libertad
La derrama
Mas sólo a veces
(Segura
tiene en mí la lumbre)
Jura
que desespero que me ama
y me pide paz
Qué drama
luz presa por mano pura
Qué drama (genio y figura)
sujeto en la propia rama
de su cielo
Qué oriflama
a tientas por la espesura
de Aladino y su armadura

Yo soy el genio y su trama

¿Yo soy el genio?
¿O la gama
del acaso?
¿O la tonsura
de tan cautiva ternura?

¿La esclava lumbre es tan llama?





REPRENSIÓN


Yo no dije esa mentira
Pinocho
Tu fiel desquicio
tejió en el hada este juicio
que me condena a la pira
del abandono
(Suspira
Collodi un turbio regalo)

Yo dije que no fui malo
no que soy azul completo

Yo no quiero ser Gepetto
Yo no quiero ser de palo





POBRE CISNE

Sólo tiene
una duda
Ya en el lago
no hay sitio para el estrago
que su belleza contiene
Todo hombre animal viene
tras su impoluto trofeo
Pobre salvaje
Ahora es reo
del mármol
Sufre al dudar:
¿Valió la pena dejar
de ser el Patito Feo?





JONATHAN ENCADENADO


Gulliver
¿en qué país a flote
hemos recalado?
¿De gigantes o de enanos?
¿Fuimos maderos por fin
o somos el mar?
¿Ardid de espuma?
¿O seremos su risco
naufragio de azul?
¿Somos la orilla
o los reos de sobrevida?
¿Es que adentro
se nos murió Liliput?





LAS NOCHES DEL INOCENTE

A José Luis Serrano y sus Palabras al sésamo



Llevo noches (mil y una)
esperando a Scheherezada
Me prometió venir cada
tarde y no vino ninguna
Yo no tengo blanda cuna
(No soy Schahriar el sultán
ni su hermano Schahzamán)
pero ella me dijo: Espera
sin falta mi primavera
para desatar tu pan

Y ya termina el diván
de mi otoño sin el tul
de Scheherezada
¿A Estambul
la llevó un efrit?
¿El can
que fue Al-Kassif?
¿Me la habrán
secuestrado los bandidos
de Alí Babá?
Qué de olvidos
sugiere mi exiguo traje
Pero ella habló:
Tu linaje
no es oro Es más: son latidos

¿Habrá hablado así con nidos
de verdad en la palabra?
¿No habrá una cortina que abra
luz a tantos presentidos?
Los mil y un cuentos perdidos
sospechan de mi ansiedad:
¿Ella me besó en Bagdad
o son sueños trashumantes?
Prefiero despertar antes
que se vaya tras Simbad





POST SCRIPTUM
(Última controversia)



-La rosa gris de los vientos… Ah parvo amigo… El corcel de un extraño carrusel inasible…

-¿Y los intentos, Peter, no acercan los cuentos que anunciaban tanto tul, tanta nube?

-Eso es azul. Azul como el imperdible prendido al agua.

-Es posible… pero mi barca es azul.

-Pues no empecines la proa al rumbo de lo que fue.

-No sé, Peter Pan, no sé… ¿y tu remo y tu canoa dónde están?

-Que no te roa la fiel astucia del verso. Voltear el cántaro inverso sólo es bruma.

-Peter Pan, ¿te sedujo el Capitán Garfio? ¿O ya eres converso de Wendy y su cruel donaire?

-Ah poeta, sólo quiero que no busques el venero en los túneles del aire sino en la herida.

-El desgaire de la ceniza es amor; lo sé, pero ¿no es la flor brújula de los afanes?

-Navega, mas no profanes los misterios del dolor.

-¿Y no es dolor lo que asumo con este añil sacrificio de ventanas?

-Tu solsticio me amaina… Perdón… Soy humo… Deja que bese tu grumo, que bese tu talismán imberbe…

-¿Qué aguas te dan al rostro?… No, no te esfumes… ¡No te lleves los perfumes de tu ínsula, Peter Pan!