del
alma
PREMIO
CUCALAMBÉ
2015
Publicado
por la Editorial
Sanlope
(Las Tunas, 2017)
Autor:
Al centro, Junior, a punto de recibir su premio de manos de Ramón
Batista, director de la Casa
Iberoamericana de la Décima El Cucalambé. A la
derecha, Péglez,
quien leyó el acta en nombre del jurado. Foto: Jorge Pérez Cruz.
Junior
Fernández Guerra nació en 1984 en Novosibirsk,
antigua URSS, pues sus padres, cubanos, estudiaban allá. Pero su formación ha
sido en Cuba, en Las
Tunas, donde reside. Además de poeta es narrador, Licenciado en Ciencias
Pedagógicas, instructor literario, egresado del Taller de técnicas narrativas
del Centro de Formación Literaria Onelio
Jorge Cardoso, miembro de la Asociación
Hermanos Saíz y director del Proyecto de promoción literaria y
publicaciones alternativas EncaminARTE. Ha merecido
diversos lauros literarios, entre ellos el Premio
del III concurso nacional de décima escrita Toda luz y toda mía (2014), con
su conjunto titulado Amar,
temer, partir. En el 2018 conquistó el Premio
Calendario en Literatura para niños y jóvenes con su colección Cantábulas y Epopema. Del presente
título, Extraños
ritos del alma (Antología de voces en la niebla), hemos publicado en
nuestro sitio los poemas Advertencia,
Turín,
25 de abril de 1911, La
Habana, 1997 y Buenos
Aires, 25 de septiembre de 1972.
JURADO
EQUIPO
DE REALIZACIÓN
Edición:
Argel Fernández Granado
Corrección:
Yeinier Aguilera Concepción
Diseño
y maquetación: Yurisleydis Vázquez Urrutia
Impresión:
Andrés Sao Téllez
Encuadernación:
Roberto Pupo Acosta
Jorge Polanco
Martínez
PRÓLOGO
Otro retablo hereje
o mi dios qué bellos éramos
Cuando
se hable de las innumerables páginas en que la poesía del mundo ha retratado al
ser humano ante la tremenda disyuntiva vida/muerte, habrá que dejar asiento
reservado para el sencillo y hondo poema Los
amigos, de Juan Gelman:
jiri wolker attila jószef yo /
seríamos tres amigos perfectos (…) los tres nos
íbamos por ahí a recorrer países y mujeres (…) jiri cayó en un hospital / jószef se tiró bajo un tren / mi dios qué
bellos éramos / silbando finalmente
En
su tiempo, fue un encontronazo lo que se dieron mis ojos de lector juvenil y
aprendiz de casi todo. Me estremeció el hallazgo, la certidumbre de la belleza
oculta en el terrible gesto de quien opta por no seguir en el mundo de sus
semejantes. Quizá ese sobresalto, agazapado por años, me llevó a escribir un
día: Hermosos los suicidas / que se
quitan el alma. (Tribulaciones del
arca, Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, 2002).
Acartonadas
como hemos sido las personas durante demasiado tiempo, la asunción del
reconocimiento de una rara hermosura en la tragedia individualizada ha sido
punto menos que riesgosa de ser considerada tributaria a manicomio, o proclive
a alguno de los ademanes fatales a los cuales esa asunción concede valor
existencial, y por ende, respeto. Tal es el caso de la ojeriza a temas “poco
bonitos” como el de los seres que se privan de la existencia, y de otros (los
locos, los desterrados, los cobardes), que la poesía en décimas, incluida una
zona de la reconocida contemporáneamente con el Premio Cucalambé, ha venido a
escudriñar, para beneficio de una posible mejor convivencia, a partir de un
mejor entendimiento humano.
En
esa línea de empeños socioestéticos se inscribe Extraños ritos del alma (Antología de voces en la niebla), que
mereció en el 2015 el referido lauro, el más alto en la décima escrita cubana e
iberoamericana.
La
poesía, ya se sabe, no explica, sino indaga. Explican las ciencias, y ya han
venido ellas, y vendrán, a examinar a la luz de las razones lo concerniente a
estas decisiones de un ser que se autorreconoce en situación límite, y de la
cual no encuentra otra salida que la escapada.
De
lo que se trata aquí, en cambio, es de hurgar, desde el universo de la palabra
artística (ya se sabe también que la poesía es una/otra realidad, más allá de
la que conoce el mundo del raciocinio), en los resortes más recónditos de estos
procederes que destellan y estremecen a un tiempo por la tremebunda actitud de
renuncia a lo más preciado del ser humano, ante la (su) imposibilidad de hallar
otro rumbo hacia la posible salvación.
De
la frecuente preindisposición afectiva hacia los injustamente desmerecidos, que
antes referí, Junior Fernández Guerra trata de curar en salud su poemario, con
una advertencia desde los primeros versos del volumen (en este punto el lector / debe ignorar el valor / de emitir una
sentencia).
Lo
que sigue es un retablo de exploraciones dentro de las circunstancias
existenciales de 21 creadores que se autoinfligieron la desaparición del mundo
físico en que vivían, los cuales han sido agrupados por el autor en tres
secciones epocales bien diferenciadas, lo que habla de una apuesta
estético-organizativa que opera en favor de la arquitectura de ese recinto
espiritual que ha de ser todo libro de poemas.
Otro
asunto es la capacidad “metamorfoseadora” de Junior: La asunción de cada una de
estas figuras como sujeto lírico, a más de revelar una paciente y sensible
búsqueda en los entresijos tortuosos de sus respectivas vidas, delata la
habilidad de quien escribe para desenvolverse en lo que ha dado en llamarse
juego de máscaras.
Junior
entra a ese juego, asume sus no pocos riesgos, y sale de ellos decorosamente,
con un conjunto armónico dentro de sus aplaudibles variaciones, una densidad
trópica que evade las a veces tentadoras estridencias —a saber, lo turbio de la
materia prima poética que modela con sus manos es sumamente contaminante—, y un
empleo profuso de paratextos que posibilita dos lecturas en paralelo: Por una
parte encima de la superficie vital de cada ser que se nos presenta; por otra,
en franca inmersión hacia lo más subterráneo de esas vidas.
El
saldo puede ser —muchas cosas “pueden ser”, ya se sabe también, tras la lectura
de un libro de poesía— una subsecuente actitud, a favor de quien lee, más
flexible, y por tanto más humana, hacia “el otro”, que antes se enfocaba con
descolocada preterición.
Habrá
ganado Junior, y la poesía, y en particular la poesía en décimas, y el ser
humano en general, si al voltear estas páginas alguien ha percibido o aceptado,
con otra calma al menos, y mejor si con acatamiento e indulgencia, qué pudiera
en un alma suceder —para decirlo con la incógnita que el autor asume como
Alfonsina Storni— si Dios viene en camino
y se demora.
Pedro
Péglez González
La
Habana, abril y 2016.
EXTRAÑOS RITOS
DEL ALMA
(Antología de voces en la niebla)
A todos mis amigos, vivos o muertos
A todos los demás, que también lo pensaron
A los que no lo piensan
A los que ya lo hicieron…
Ustedes, vivos, son en verdad tontos
que no conocen los caminos del viento
y las fuerzas invisibles
que rigen los procesos de la vida.
Edgar Lee Masters
(Antología de Spoon River)
Matar al tiempo
para vivir ahora
y siempre
a la sombra de
tus manos.
Bruno Di Benedetto
(Crónicas de muertes dudosas…)
No celebro la
terrible
herida que muerto
luzco.
Preparo mi muerte
y busco
un enemigo
invisible
Carlos Esquivel y Diusmel Machado
(El libro de los desterrados)
ADVERTENCIA
(Antes de escuchar las voces)
Más aún que la Vida,
la Muerte nos retiene casi siempre con
lazos sutiles.
Charles Baudelaire
Bajo la duda
expedita de miedos y anacoretas consecuencias las secretas palabras no son maldita
conciliación infinita del letargo y de la suerte premoniciones de muerte pueden ser tras la mirada del poeta casi nada queda
perdido en la inerte fragilidad de su abrazo comprometido la noche arrastra como fantoche su
cuerpo expone su brazo a la luz solo un balazo de la vida o el destino es
suficiente y el vino de su cordura se agota
La muerte no lo
derrota la muerte es solo un camino
cruel y confuso encriptado un juego de acotaciones del miedo revelaciones un aliciente anegado en llanto como el soldado aturdido en la
batalla al artista lo ametralla la
realidad y no todos reconocen los
recodos que salvan de la cizalla
Tal vez no bastan
los cirios del corazón y la sombra en un conjuro los nombra uno a uno como lirios los deshoja los delirios la soledad la estampida de alimañas la salida se muestra como un cadalso como un dios sucio y descalzo al amparo
del suicida
Tal vez
erraron ¿quién sabe? Definir el silogismo es asunto de uno
mismo
Tal vez
acertaron cabe la duda y aunque se
enclave en este punto el lector debe
ignorar el valor de emitir una sentencia
La vida no es una
ciencia garantizada
El autor
1890-1941
AUVERS-SUR-OISE, 29 DE JULIO DE 1890
Yo arriesgué mi
vida por mi trabajo, y mi razón siempre fue menoscabada.
Vincent Van Gogh
I
Látigo
besa mi piel
ruge el borde de tu labio
los gritos son el agravio
que asecha tras el pincel
nadie comprende la miel
que supura tu sentencia
vórtices en confluencia
razón perpetua del busto
sepultado en el vetusto
templo de la coincidencia
Pero no existen colores
para manchar mi camino
lejos del canto cetrino
de mi alma no hay alcores
para el sosiego rumores
sobre el pórtico señales
de algún dios cruces tribales
vociferando mi espera
Solo el castigo libera
mis demonios ancestrales
II
Llevo la marca en la frente
rugen Caín y su prole
altar de carne que viole
vírgenes de mi simiente
Otro corazón ausente
llora la tierra que traga
mi sangre gris nuestra saga
termina en un linchamiento
de los íconos ungüento
vinagre sobre la llaga
Nadie mira en mi costado
soy otra mancha en el lodo
de la ciudad un recodo
inhabitable soldado
víctima de otro pecado
de Dios progenie indefensa
condenado por la ofensa
a este silencio proscrito
¡Mi legado es infinito!
Yo seré la recompensa
______________________________________________
Van Gogh amenazó a su amigo Gauguin con una navaja y
como consecuencia del disgusto, por la noche se mutiló el lóbulo de la oreja
izquierda. Van Gogh habría envuelto el lóbulo en un paño y se habría dirigido a
su burdel favorito, donde presentó este «regalo» a una prostituta llamada
Rachel. Durante los últimos treinta meses de vida llegó a realizar 500 obras y
en sus últimos 69 días firmó hasta 79 cuadros. Sin embargo, su depresión
empeoró a la edad de treinta y siete años, y mientras paseaba por el campo, con
un revólver se disparó un tiro en el pecho. Murió en su cama dos días después,
en brazos de su hermano Theo.
TURÍN, 25 DE ABRIL DE 1911
A mis editores: A
vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi
familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que en compensación
por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis
funerales. Os saludo rompiendo la pluma.
Emilio Salgari
Deambulo en estas calles como un grito llevado
por el viento a los portales Las calles son extensos lodazales (¿o acaso pueden ser un infinito
desierto?) No alcanzo el inaudito
silencio para ahogar el pendenciero contorno de mi sombra ¿qué agorero destino me predice esta
bandada de cuervos que en la última fachada simula el cuerpo gris del
desespero?
Del eco de mis pasos se desprende un fétido murmullo de impotencia zaguanes abrumados por la ciencia ridícula
del faro que se enciende detrás de la pared
el grito extiende un derrotero en forma de saloma que muestra mil
senderos un axioma de cuerpos
derramados como el vino y clamo
porque exista algún camino que borre de mis pies esta sarcoma
_______________________________________________
En 1889 se suicidó el padre de Salgari, siendo el
primero de una impresionante cadena de suicidios familiares que incluye el del
propio escritor, el de su hijo Romero y el de su otro hijo Omar. Salgari pasó a
trabajar para la editorial Bemporad, para la cual escribiría un total de
diecinueve novelas. Sin embargo, su desequilibrio psíquico y la locura de su
esposa, que tuvo que ser internada en el psiquiátrico de Collegno,
cerca de Turín, le condujeron al suicidio. Después de un intento fallido, en
1909, se quitó la vida, abriéndose el vientre con un cuchillo según el rito
japonés del seppuku.
TOKIO, 24 DE JULIO 1927
(…) he perdido el
apetito por la comida y las mujeres.
Ryonosuke Akutagawa
I
Soy un acólito enhiesto quebrado en otra
liturgia
decálogo en la teúrgia para deambular funesto
pasaje contra el incesto del espíritu
la ufana crónica de otra mañana inerte
un alba difunta del paraíso
pregunta:
¿soy la flecha o soy la diana?
II
En mi garganta ya nieva
el frio asusta en la voz de los peces
el feroz lamento sobre la cueva
Otra mirada longeva en resguardo de mi vuelo
alabanzas en el cielo
silencio agreste del hombre
ventisca sobre mi nombre
palabra muerta
consuelo
_______________________________________
Debido a la enfermedad (al parecer una psicosis) de su madre, que murió en
1902, fue adoptado por el hermano mayor de ésta, Michiaki Akutagawa. Su tía
política le atormentó durante toda la infancia diciéndole que padecía de la
misma enfermedad que su madre; esto le traumatizó y le signó como escritor
atormentado. Hacia 1926 enfermó gravemente y padecería crisis nerviosas:
alucinaciones visuales y angustia. Finalmente se suicidó ingiriendo veronal;
antes de morir dijo:(Bonyaritoshita fuan, que significa "sombrío
desasosiego").
BROWNWOOD, 11 DE JUNIO DE 1936
¡Si yo muero y tú
tuvieras que luchar por tu vida, yo volvería del abismo para ayudarte; sí, lo
haría tanto si mi espíritu flotara bajo las velas purpúreas del mar cristalino
del paraíso, como si se retorciese entre las llamas del infierno!
Robert E. Howard
Ahora que la bruma se despliega en ángulos atípicos del verso
ahora que vivir es el reverso ausente de la imagen andariega
de esta verdad angosta que nos llega famélica y deforme
consternada
ahora que no está la madrugada ausente del lamento y la memoria
ahora que negamos nuestra historia
ahora que nos queda casi nada
ahora que la garra del mendigo se aferra al celofán de los gentiles
que escapan a la voz de los pueriles
los ángeles
y Dios
y el Enemigo
ahora que nosotros no es conmigo
ni yo
ni tú
ni nadie
ni la suerte
y el féretro en futuro se convierte
o viceversa
o víscera
o despojo
ahora que llorar nos cuesta un ojo y el llanto no es presagio de la muerte
ahora que ciudad es laberinto de perros y de huesos quejumbrosos
ahora que devienen sediciosos deseos
de aferrarnos al instinto
cuando la poesía es un recinto burlado por fantasmas y anatemas
ahora que se arrancan las diademas del sueño en los portales del misterio
que el cuerpo es una red
es cautiverio de excusas
y sentencias
y teoremas
ahora que no es válido el mutismo
ahora que se apagan las visiones
ahora que son mudas las canciones
ahora que habitamos el abismo
ahora que el poeta es aforismo o espada que degüella este conjuro
¡Cuidado con el borde gris del muro y las nieves perpetuas de la vida!
¡Cuidado al renunciar!
Si no hay salida
aférrate al dolor
sujeta duro
__________________________________
Hacia las ocho de la mañana, después de que su madre entrara en coma debido
a la tuberculosis, Howard se sentó en la parte delantera de su coche y se disparó
en la cabeza con un Colt del calibre 38. Murió a las cuatro de ese mismo día y
su madre falleció al día siguiente. Compartieron funeral el 14 de junio y ambos
fueron enterrados en el cementerio de Greenleaf en Brownwood. En sus relatos y
novelas Howard habla de mundos donde generalmente la mejor solución a los
problemas es la violencia y donde a menudo el oro, las joyas y las mujeres
hermosas son la recompensa del héroe.
BUENOS AIRES, 19 DE FEBRERO DE 1937
Temblando fue
hasta el velador y cogió el revólver, (…) y durante un larguísimo tiempo
permaneció allí de pie, limpiando obstinadamente con la uña una mancha del
tambor.
Horacio Quiroga
Todos se han ido marchando como un desfile de sombras sus pasos en las alfombras del monte me
van hollando las palabras ¿cómo y
cuándo ha de besarme la suerte si el destino es una inerte consecuencia de la
historia y ya no tengo memoria sin huella de llanto y muerte?
Que no te acuse mi amigo la conciencia en esta noche no serás otro fantoche que bese el polvo
al abrigo de mi insolencia un
estribo de ideas me van pudriendo la ternura
no comprendo por qué el destino se ensaña con mi voz por qué esa huraña silueta me va
engullendo y toma mi sombra y duerme bajo mis pies ¡caro amigo! sostén la copa conmigo pósala en mi labio inerme que la
evade puedes verme sacar el alma
entumida no llores ya no hay salida que no te asuste el espasmo yo he sido así (sin sarcasmo) por dentro toda la vida
__________________________________
La muerte de su mejor amigo por un descuido suyo, la de su primera esposa y
toda una cadena de calamidades que concluyó con el descubrimiento de un cáncer, lo llevaron a su
cruel desenlace. Al ser internado, Quiroga se enteró de que en los sótanos se
encontraba encerrado un monstruo: un desventurado paciente con espantosas
deformidades llamado Vicente Batistessa. Batistessa se hizo amigo y rindió
adoración eterna y un gran agradecimiento al escritor. Desesperado por los sufrimientos
y en presencia de este hombre, Horacio Quiroga bebió un vaso de cianuro que lo
mató pocos minutos después entre espantosos dolores.
MAR DEL PLATA, 25 DE OCTUBRE DE 1938
A los doce años
escribo mi primer verso. Es de noche; mis familiares ausentes. Hablo en él de
cementerios, de mi muerte. (…) Desde entonces, los bolsillos de mis delantales,
los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me
van muriendo como migas de pan.
Alfonsina Storni
Hay un pasaje escuálido en mi pecho
otro sepulcro que en su luz destella
un aforismo incrédulo una huella
fingida por los dioses en mi lecho
el canto de las aves ya deshecho
semeja un réquiem trémulo y selvático
y arrastro algún poema que acrobático
se escurre por los dedos por la
boca
mis versos son un río y en la roca
del miedo se deshacen ¿qué
hierático
perfume me seduce en esta hora?
¿Acaso debo asirme a esta falacia
al verbo a mi recuerdo a la eutanasia
en otra irrealidad que se avizora?
Si dios viene en camino y se demora
si albergan sus paisajes regocijo
cómo le digo entonces Padre al hijo
que soy como una flor en la corriente
que el mar es un refugio conveniente
que ya no tengo fuerzas ni
acertijo
ni respuesta que ya no tengo
nada
salvo esta incertidumbre ante el
letargo
Probé la soledad y es un amargo
brebaje para ungir la madrugada
y no puedo esperar sobre la
almohada
te dejo Muerte mi mejor vestido
me llama Dios me insiste y el olvido
galopa cual tornado por mi frente
Me voy al mar Si él llama nuevamente
le dices que no
insista, que he salido…
___________________________________
La muerte de su amigo Horacio Quiroga la afectó mucho. Alfonsina fue
operada del cáncer de mama en el Sanatorio Arenales. Se pensaba que era un
tumor benigno pero tenía ramificaciones. Siempre había sufrido de depresión,
paranoia y ataques de nervios, a partir de ese momento los síntomas de
enfermedad mental se recrudecen. Se volvió retraída y evitaba a sus amistades.
Se suicidó arrojándose a las aguas desde
una escollera del Club Argentino de Mujeres. Sobre la escollera se encontró
unos de sus zapatos que se enganchó con los hierros cuando se tiró al mar.
LEWES, SUSSEX, 28 DE MARZO DE 1941
Siento que voy a
enloquecer de nuevo. (…) Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme. Así que
hago lo que me parece lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima
felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que cualquiera podría
ser.
Virginia Woolf (a su esposo)
Me pierdo en las esquirlas de esta casa
acróstico de inocuas disecciones
escapo del fagot
los escorpiones
los besos del fantasma que me abraza
no puedo recordarte sin la escasa demencia de lamer los anaqueles que
deambulas no alcanzan los lebreles
del fracaso tu onírica promesa
ya nadie te maldice
nadie reza
un ángel escapó de los dinteles de esta gruta
vacía como tantas
murciélagos de sombras al descuido
no alcanzo a respirar
es mucho el ruido de las tribulaciones
¿Cómo aguantas el peso de la sangre en estas plantas que vuelan tras tus
besos?
¿Qué insensato demonio me dio alas?
¿Qué arrebato de culpa... ?
Como péndulo escabroso me quiebro ante las aguas
peligroso se muestra mi reflejo
mi alegato
____________________________________
Durante su vida, sufrió una enfermedad mental hoy conocida como trastorno
bipolar (se piensa que desencadenada por la muerte de su padre y también
influido por los abusos deshonestos que ella y su hermana Vanessa padecieron a
manos de sus medio hermanos). El estallido de la Segunda Guerra Mundial, la
destrucción de su casa de Londres durante el Blitz, y la fría acogida que tuvo
su biografía de su amigo Roger Fry, empeoró su condición hasta que se vio
incapaz de trabajar. Se puso su abrigo, llenó sus bolsillos con piedras y se
lanzó al río Ouse cerca de su casa y se ahogó. Su esposo enterró bajo un árbol
sus restos incinerados.
1961-1969
KETCHUM, 2 DE JULIO DE 1961
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos
desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más. Hay que vivir
ligero porque el tiempo de morir está fijado.
Ernest Hemingway
Sobre la tumba la rosa oración de
mi calvario espíritu fornicario de
laúdes se destroza el epitafio y la
fosa es un lecho imaginario la muerte
es un comentario solo eso una caricia de la otra vida delicia de no ser un mercenario
Sobre los huesos el grito teje un epílogo enhiesto un obituario funesto de la historia nada
escrito por el hombre su inaudito
concierto sobre el letargo de la muerte es un encargo de aquellos que nunca
fuiste
¿Quién llora quien se resiste al
silencio?
Sin embargo todos caminan inertes al centro del caduceo la nostalgia es un trofeo un cáliz sobre el que viertes la memoria
¿Cuántas muertes reconozco?
Soy un cuervo sobre las astas de un ciervo llevado al bosque prohibido estoy muerto más no olvido que sobre la piel soy Verbo
____________________________________
En 1944 viaja a Europa como corresponsal de guerra, participa en misiones
aéreas de reconocimiento en Alemania y forma parte del desembarco en Normandía,
siendo uno de los primeros soldados en entrar en París. Intenta escribir una
novela sobre la Segunda Guerra Mundial, que finalmente nunca concluiría.
Hemingway se disparó a sí mismo con una escopeta. Dada la ausencia de una nota
de suicidio y el ángulo del disparo, es difícil determinar si realmente su
muerte fue autoinfligida o si fue un accidente. Se presume que una posible
causa fue la enfermedad de Alzheimer que se le fue diagnosticada poco antes,
así como su marcado carácter depresivo.
PRIMROSE HILL, 11 DE FEBRERO DE 1963
Me quedo muy
quieta.
La escarcha hace una flor,
el rocío hace una
estrella.
La muerta
campana,
La muerta
campana. ..
Sylvia Plath
Adonde huir si la casa nubla tu razón y el miedo sigue
ensanchando su dedo que supura gris y crasa penitencia qué mordaza pondrás para tu linaje consumido
qué brebaje será cura para el tedio de los escombros qué asedio empuñarás como excusa si la ciudad
es profusa sustancia del epicedio
A dónde escapar sin lumbre ni
derrotero ni entuerto para secar en el huerto la higuera la incertidumbre y la agónica costumbre de bendecir el
parnaso la distancia de tu brazo en
pos de la sinestesia y los papiros de
amnesia que duermen en tu regazo
A dónde vas sin un brote de culpas y
sin la brújula sin el discurso y la
esdrújula mirada sobre el barrote
lamiendo como un coyote señales en el solsticio a dónde vas si en tu vicio llevas escrito
el poema Ser o no ser el dilema levita en el precipicio
Ignora las direcciones cotidianas
el impuro sonido del viento el
muro plagado de apariciones
Incinera las canciones el
discurso del profeta y permanece en
la grieta mortífera de tu raza
A dónde huir si la casa nubla tu razón
poeta
____________________________________
Aunque durante mucho tiempo se consideró que sus repetidas depresiones e
intentos de suicidio se debieron a la muerte de su padre cuando ella contaba
nueve años, pérdida que nunca logró superar, hoy se sabe con certeza que
padecía trastorno bipolar, enfermedad mental que en la actualidad tiene
adecuado tratamiento. Tras la separación de su esposo, sola con sus hijos y sin
dinero, Sylvia Plath se suicida asfixiándose con gas.
VIET NAM, 11 DE JUNIO DE 1963
Mientras se
quemaba nunca movió un músculo, nunca pronunció un sonido, su compostura
contrastaba con los lamentos de las personas a su alrededor.
David Halbersta, acerca del suicidio de Thích Quảng Ðức
Ante los ojos velamen
de la postrera caricia
razón de la subrepticia
mirada Dios el examen
nudos de pieles que aclamen
párpados en fuga ciega
brisa de muerte que llega
tras el coraje marchito
de los dragones el grito
la garganta que lo niega
En derredor todo aguarda
mi cuerpo es un estilete
herida infame sainete
aullido de loba parda
¡que la conciencia no arda
en la hoguera! Hierofante
condición de caminante
sobre el arco de la ceja
la mirada es una reja
sobre la piel circundante
la sombra triste del ciego
quiebra el ritual providencia
cáliz rebosante ciencia
contra las reglas del juego
brújula sobre el apego
de andar hacia parte alguna
sobre los cuerpos Arjuna
mira y fulmina en mis ojos
efigies de cuernos rojos
en el rostro de la luna
______________________________________
Thích Quảng Đức llegó frente a la embajada de Camboya junto a una procesión
que se inició en una pagoda cercana, para protestar por el abuso al que estaban
siendo sometidos los budistas por parte del gobierno y la iglesia católica.
Thích Quảng Đức se sentó en una almohada adoptando la posición del loto.
Después que vaciaron el contenido de un bidón de combustible sobre su cabeza,
Thích Quảng Đức recitó las palabras «Nam Mô A Di Đà Phật» («homenaje a Buda
Amitābha»), prendiendo posteriormente un fósforo y arrojándoselo al cuerpo.
PEKÍN; 24 DE AGOSTO DE 1966
El Cielo y la Tierra se juntan
y
dulce la lluvia cae,
más allá de la voluntad de los hombres.
Lao She
I
El camino es una espada lacerando nuestras
huellas
y las visiones
estrellas inertes bajo la hinchada voz de los
genios
ya nada escudriña el celibato
premonición del ingrato verbo gris
para el silencio
puño de miel que sentencio
derramado en el contrato
II
Fugaz
indeleble
mudo
el paso oscila siniestro
camino sobre el maestro que no soy
y me desnudo
cómplice
omnisciente
el nudo se deshace en nuestras pieles
quebrados los decibeles de mi garganta adherida
a la cruz de nuestra herida
duermo en tristes anaqueles
III
Las piedras son los profetas
con que tropieza el destino
bautizado por el vino
enajenado el asceta
serpiente voz
voz saeta
visceral en su desvelo
las piedras trazan el velo de cada paso
la luz comienza a arrojarnos sus idilios en el
anzuelo
IV
Y ya mi cuerpo no reza ni maldice
soy un pez roto en estatuas
la mies arrojada con pereza
transito en otra cabeza que persiste contra el
sueño
no levito
no despeño mi conciencia en el vacío
el camino y el hastío
han subastado mi empeño
V
Sigo en anónima espera como pústula en mis
ojos
colmillos de dioses rojos me desnudan en la
hoguera
mi displicencia no era razón para su
jolgorio
conjuro premonitorio
una daga en mi costilla
ahora soy pez
la semilla de un testamento ilusorio
_________________________________
En plena Revolución Cultural, Lao She fue citado
en el Templo de Confucio de la capital china junto a otros intelectuales
acusados de "derechismo". Lao She fue insultado, vejado y golpeado
por los guardias rojos, primero en el Templo de Confucio, y después en una
comisaría. Al final del día se le permitió volver a su casa con su esposa, y le
ordenaron volver al día siguiente para continuar sus sesiones de autocrítica.
Según la versión oficial, al día siguiente Lao She fue al lago de Taiping en
Pekín, donde pasó largas horas hasta que, de noche, se suicidó
sumergiéndose y ahogándose en el lago, tal vez siguiendo el ejemplo de su
homólogo Li Tai Po.
SANTIAGO DE CHILE, 5 DE FEBRERO DE 1967
Gracias a la vida que me hado tanto…
Violeta Parra
Viví como rehén de la argamasa
dormí como los héroes en portales
nutrí con los recuerdos los cristales
lloré dentro del puño y su mordaza
jugando al cimarrón bajo la escasa
tormenta de los verbos contra el muro
me desperté sin Dios sin el
apuro
de ser otra fetiche complacida
que grita frente al mar nací
dormida
manché de perfecciones el conjuro
y fui sordo destello en el oscuro
tapiz que adornan bardos y poetas
medí perfectamente las secretas
silabas del pasado y el futuro
soñé con un bisoño y prematuro
poema yo maldije a quienes atan
mi juicio al de sus musas y
arrebatan
mis sueños por llorar con mis
hermanos
Quise ser Poesía entre tus manos
…y morirme contigo si te matan…·
· Joaquín Sabina
La incomprensión del público chileno fue uno de los factores que
desencadenó su muerte. Violeta Parra se suicidó en la carpa de La Reina,
dejando un legado de esfuerzo y sacrificio a Chile y el mundo. Paradójico
resulta pues, que quien escribiera la canción "Gracias a la vida",
todo un himno a la vida, terminara suicidándose solo un año después de
publicarla.
SANTIAGO DE CHILE, 10 DE SEPTIEMBRE DE 1968
Me llegó tarde,
casi por cumplido y porque creían que no iba a molestar más.
Pablo de Rokha
(al recibir el Premio Nacional de Literatura)
En este rincón anciano
vibra el susurro del verso
cruel aforismo perverso
claroscuro del pantano
que nos rodea un lejano
resguardo a contracorriente
para el miedo consecuente
como la voz del sigilo
voy de bruces sobre el filo
de otra navaja ¿Quién siente
la sensación persistente
de que todo se repite
en esta vida? Un desquite
del destino consecuente
resguardo a contracorriente
que nos rodea un lejano
claroscuro del pantano
cruel aforismo perverso
vibra el susurro del verso
en este rincón anciano
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Mantenía una ácida crítica al poeta Pablo Neruda, que él llamaba plagiador,
mistificador de los trabajadores y al cual clasificó de falso artista. Rokha,
con su comunismo ateo y prepotente, no era aceptado entre los seguidores de
Neruda. Continuó su vida embargado en el dolor y el recuerdo imborrable de su
compañera Winétt, fallecida debido a una cruel enfermedad. El dolor se agrandó
con la muerte de su hijo Carlos, lúcido poeta de la época, aunque poco
reconocido en la actualidad. Pablo de Rokha se suicidó de un balazo en la boca,
siguiendo el destino de su hijo y el de su amigo Joaquín Edwards Bello, muerto
ese mismo año.
ROMA, 16 DE MAYO DE 1969
La comprensión
del pasado ha sido para mí una especie de obsesión. (...) Recuerdo a la Isla de
Pinos de mi adolescencia como un lugar vago, sin límites, de cabalgatas
interminables y generosa lluvia.
Calvert Casey
Tres caminos de la historia tres dolores ancestrales crónicas de verticales lamentos de la
memoria consagración de la euforia en
crisálidas ajenas pústulas en mil
cadenas de castillos asediados
conceptos desconcertados en las palabras serenas
Número 1: silente
soporte para el ocaso
de la verdad el portazo
discurre como un ausente
suspiro y otro evidente
movimiento del futuro
de una ciudad en lo oscuro
presa del mismo complejo:
la sinrazón y el consejo
de Dios soportando el muro
Número 2: Ausente del misterio
del agua que rodea la barcaza
gritando los blasones en la
brasa
del cuerpo danza un ángel
cautiverio
sin brújula ni adiós ni ministerio
capaz de contentar esta compleja
visión de atardeceres en la vieja
ventana de las islas el lamento
de pájaros que vuelan contra el viento
y añoran el amparo de la reja
Número 3: (Palabras o curas para el alma)
Se necesita un vórtice un
ciclón una estela
algún jarabe místico contra la secuela
de las calles y el vicio de aparentar la calma
beberse los licores de otros en la palma
de una mano ofrecida contra la cruz y el rayo
jurar lealtad al cielo y ser un fiel vasallo
de la tierra ¡triste
historia! y sobre la medida
de todo nuestro tiempo reposar esa herida…
Ser parte de este juicio y renunciar al fallo
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Era
un hombre atribulado sobre todo por dos cosas: su condición homosexual en los
años 60 y porque muchos lo consideraban
una voz menor dentro de esa generación de los 50 en Cuba, también fue marcado
por el complejo de lo norteamericano, que comienza con el propio nombre… Se
suicida con barbitúricos, según carta de defunción. Irónicamente el Día Mundial
contra la Homofobia (que se instauró en 1990).
Antes mandó diferentes cartas explicando su suicidio, que se extraviaron
en una huelga de correo, excepto la dirigida a la policía.
1970-1997
PARÍS, 20 DE ABRIL DE 1970
Ciégate para
siempre: también la eternidad está llena de ojos.
Paul Celan
¿Qué decir a quién a dónde si la palabra es un rastro de miedo bajo el camastro?
¿Por qué la duda se esconde tras la verdad y responde como un eco sobre el
muro?
¿Cómo he llegado a ser puro remordimiento en la grieta de mi silencio?
¿Qué treta nos ha tendido el futuro?
¿Quién responde a este pseudónimo del tiempo y de lo que escribo?
¿Acaso el alternativo deseo será el homónimo aliciente de mi anónimo
pecado?
¿Por quién me callo si he gritado hasta el desmayo frente al espejo?
¿Mi muerte correrá la misma suerte que mi vida?
¿Cómo estallo y quiebro en mil esta puerta que me contiene?
¡Oh Dios!
He deambulado este atroz laberinto
la desierta melodía de una muerta suposición
¡Encontrarme detrás del verbo
Salvarme
mostrar mi voz
cuanto he visto!...
pero Dios… aún si insisto…
¿Alguien vendría a escucharme?
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Su
obra fue publicada pero muy marginalmente. Asume tradiciones literarias muy
diversas junto a datos teológicos, filosóficos, científicos, históricos y
personales, transformando a su obra en algo complejo y arcano para el lector
superficial. Rilke y Eliot ya habían abordado mucho tiempo atrás ese problema
metafísico de la destrucción, destierro y exilio de la palabra poética. Celan
reinstala ese problema literario en los campos de concentración y, al mismo
tiempo, esa peregrinación al fondo del infierno contemporáneo tiene unas raíces
puramente biográficas (sus padres desaparecieron en esos campos). Se suicidó
arrojándose al río Sena desde el puente Mirabeau (París).
TOKIO, 25 DE NOVIEMBRE DE 1970
No comprendo cómo
me han dado el premio Nobel a mí existiendo Mishima. Un genio literario como el
suyo lo produce la humanidad sólo cada dos o tres siglos. Tiene un don casi
milagroso para las palabras.
Palabras de Y. Kawabata sobre Yukio Mishima
Escrito sobre la piel marmórea del aforismo
se decanta el silogismo
la duda triste
la infiel bombarda
espada sin hiel
rota en los huesos de un niño
sapo vestido de armiño cabalgando la miseria
fragilidad de una seria sonrisa
la muerte
el guiño
Espejo que se repite como acróstico insondable
triangulación razonable
bulímica del desquite
no hay palabra que me incite Señor
a besar la herida de la ciudad
adherida al rostro amargo del cielo
La realidad es un velo
sublime
parco
h
o
m
i
c
i
d
a
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Formó la Tatenokai (Sociedad Escudo),
milicia privada compuesta sobre todo por jóvenes estudiantes patrióticos.
Mishima y cuatro miembros de la Tatenokai visitaron con un pretexto al
comandante del Campamento Ichigaya, el cuartel general de Tokio y ataron al
comandante a su silla. Mishima salió al balcón para dirigirse a los soldados
reunidos abajo. Como no fue capaz de hacerse oír, acabó con el discurso tras
solo unos pocos minutos. Regresó a la oficina del comandante y cometió seppuku.
Mishima preparó su suicidio meticulosamente durante al menos un año. Debía
haber sabido que su intento de golpe jamás podría haber tenido éxito.
BUENOS
AIRES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 1972
Cúrame del vacío
--dije. (La luz se amaba en mi oscuridad.
Supe que ya no
había cuando me encontré diciendo: soy yo.) Cúrame --dije.
Alejandra Pizarnik
Hay un vértigo tangible manchando la
realidad… hay una absurda orfandad en todo lo
cognoscible… hay una culpa indecible
que supura penitencia… hay una gris
trascendencia en las manos de la suerte…
hay esperanza en la muerte…
¡Qué irónica coincidencia!
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Su infancia fue muy complicada. Hablaba el español con marcado acento
europeo y tartamudeaba. Tenía graves problemas de acné y una marcada tendencia
a subir de peso. Es posible que comenzara por esta razón a ingerir anfetaminas
—por las que pronto desarrolló una fuerte adicción— que le provocaban
prolongados períodos con trastornos del sueño, euforia e insomnio. Para
contrarrestar los efectos de las anfetaminas, consumía con frecuencia fármacos
para dormir. A los 36 años se quitó la vida ingiriendo 50 pastillas de un
barbitúrico (Seconal) durante un fin de semana en el que había salido con
permiso del hospital psiquiátrico «Pirovano» de Buenos Aires, donde se hallaba
internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos intentos de
suicidio.
BOSTON, 4 DE OCTUBRE DE 1974
Ayer fue el día en que llevé regalos para tu regalo
y salí del campo para encontrarte en medio de la calle.
Anne Sexton
Te vas Vida yo bajo la cabeza
no escucho la canción de tus palabras
el cielo es una espora de macabras
rapsodias otro día otra promesa
no puedo regalarte la certeza
de que mañana al fin tendremos lumbre
capaz de aniquilar esta costumbre
de regresar a un seto inexistente
que debes escalar alta la frente
la historia de estas calles y su herrumbre
Tus besos llevan sombras en los labios
siluetas apresadas inconexas
me pierdo entre tus dedos y te anexas
al grito que galopa esos agravios
yo siento tu saliva como arrabios
que forjan una espada redentora
ofreces tus demonios la traidora
serpiente que celebra la manzana
mostrándome desnuda en la ventana
que nunca quise abrir menos ahora
que llego hasta el camino y es un pozo
plagado de alimañas un cubil
de huellas como espejos un atril
para mi decadencia y nuestro gozo
un cofre de caudales un
destrozo
un mísero licor para que flagre
la duda que me dejas esta
almagre
rareza de tenerte desafuero
desnúdame y ofrece que yo espero
una vez más tus purgas con
vinagre
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En 1954 se le diagnosticó depresión postparto, sufrió su primer colapso
nervioso, y fue admitida en el hospital Westwood Lodge. En 1955, después del
nacimiento de su segunda hija, Sexton sufrió otra crisis y fue hospitalizada de
nuevo; sus hijas fueron enviadas a vivir con sus abuelos paternos. Ese mismo
año, en su cumpleaños intentó suicidarse. Sexton ofrece una visión íntima de la
angustia emocional que caracterizó su vida. Anne convirtió la experiencia de
ser mujer en el tema central en su poesía, es la figura moderna del poeta
confesionalista, a pesar de que soportó críticas por tratar asuntos tales como
la menstruación, el aborto y la drogadicción. Se suicidó inhalando monóxido de
carbono.
NUEVA YORK , 7 DE DICIEMBRE DE 1990
No queremos ni un
susurro más, que se aplauda o se chille cuando se les ordene. Ni un susurro, ni
un susurro, ni una palabra que no entre dentro de lo pre planificado.
Reinaldo Arenas
Reconozco las razones que conducen al destierro de los poetas y el fierro
que lame contradicciones ancestrales
las canciones para ahogar esta penuria van cosidas a la furia que flota
sobre el sarcasmo voy descubriendo
mi orgasmo en las ruinas de Lemuria
Otro légamo infinito es el dintel de esta puerta el pasaje de una muerta verdad que sepulta
el grito de las vestales me excito
con la musa que resana su voz en mi sexo
diana para mi orgullo en su nombre
¡Tal vez muera como un hombre mordido por la manzana!
Tal vez el miedo me insiste y derogo la cordura sobre el papel la clausura de mi cuerpo es el alpiste
para el sueño se resiste mi
corazón al destierro y doy crédito al encierro de la conciencia desnuda
Ya puedes morirte cruda realidad
Ya no me aferro al vórtice tremebundo de la mano en estampida juzgando a
Dios la salida pertenece a algún
profundo pasaje de frente al mundo
que deslucimos la muerte del
escritor se convierte en bendición o bonanza
de las ciudades me cansa
vivir buscando la suerte
Ya sé que cada minuto desnudo mi penitencia y soporto la sentencia de los
míos ya no hay luto para mi
alma el enjuto teorema que regurgito
sobre la piel es proscrito enjambre para la casa
Soy un suspiro que pasa por el papel
Un maldito
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En toda su vida, Arenas sólo pudo publicar un libro en Cuba: Celestino antes del alba. En el exilio,
desarrolla una profunda visión intelectual de la existencia enmarcada entre la
expresión poética más hermosa y la más amarga derrota del desencanto.
Estableció su residencia en Nueva York, donde le fue diagnosticada la
enfermedad del VIH / SIDA y tres años más tarde se suicidó.
LA HABANA, 23 DE JUNIO DE 1993
Porque eres parte de la leyenda de mis ojos
y no sabes qué significas en tu silencio,
porque te miro como el que marcha condenado
y agradece un poco de sol, unas palomas…
Raúl Hernández Novás
Ella me devoraba como a un trozo
de pan que hiende al hambre su escalpelo
y en otro laberinto del recelo
trazaba algún pasaje silencioso
Yo moría en sus piernas como un pozo
se pierde entre las rocas y el cadejo
de nombres en la Tierra y un
reflejo
de Dios naciendo al borde de su piel…
Leíamos poesía de Gardel
coreada por un tango de Vallejo
Su cuerpo fue un islote que flotaba
sobre la omnipresencia de la suerte
mi sombra fue la sombra de la inerte
ciudad que tras los muros asechaba
los gritos fueron flechas en la
aljaba
los dedos estiletes del letargo
mi lengua entre sus pétalos
amargo
principio para un fin inevitable
y el cuervo de mis ojos despreciable
nacía de su angustia sin embargo
yo pude ser un tábano un fantoche
que ansiaba la humedad de ciertas rutas
las voces de Sodoma las hirsutas
palabras que se pierden en la noche
pudimos ser un mísero reproche
un espejismo gris de madrugada
ella pudo ser crótalo en la almohada
tarántula desnuda prisionera
de algún placer sabático quimera
lamiéndome el orgasmo en la mirada
Pero no fuimos más que un cataclismo
de olores y fluidos consecuentes
catálogo de sombras disidentes
que al fin y al cabo son un espejismo
rompimos en pedazos el lirismo
la cruda soledad de algún pronombre
y fui devuelto al polvo como un
hombre
cegado por frugales desenfrenos
Pagué por el olvido de sus senos
y ella cobró la ausencia de mi
nombre
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La pérdida de la madre, la enfermedad del padre, su incapacidad para
enfrentar la situación económica de la década final del siglo XX en el país,
sus continuas desilusiones amorosas transformaron negativamente la personalidad
de Novás que, a partir de entonces escribió poco y dejó sus grandes pasiones:
la literatura, la música y el cine. Próximo al crepúsculo, después de tres
intentos fallidos de suicidio según comprobaron los peritos, puso fin a su vida
con un disparo. Se suicidó con una pistola del siglo XIX, heredada de sus
antepasados.
LA HABANA, 14 DE FEBRERO DE 1997
(…) no soy más
que un vecino
asomado a su
balcón prestado entre balcones.
Quién me mira
desde allá abajo y quién lo
mira a él desde
aquí arriba.
Ángel Escobar
Otra duda me apuñala en la orilla de este pozo
un aire de calabozo
una herida que acicala mi nacimiento
y escala sobre la muerte infinita de la ciudad
¡la maldita ciudad!
La última piedra
será una voz que no medra
sobre la fuente marchita que transito
la oquedad me consume
no hay clemencia para mí
la intermitencia de mis palabras
la edad de mis pasos
la verdad
corta mi lengua de cuajo
y grito a Dios:
¿Quién carajo me salvará del abismo?
El salto es un silogismo…
No puedo
caer
más
bajo
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Escobar cultivó una poética profunda y real, sin discursos banales ni
superfluos. Su afán por desentrañar los misterios existenciales de la vida y la
muerte, el dolor y la resistencia, la angustia, devinieron en alucinaciones y
desarreglos esquizoides. Según Enrique Sainz, (…) el poeta pudo elegir entre el silencio y la palabra, entre el
sufrimiento callado y la poesía angustiada,
entre la poesía tonta y la suya, desesperada y anhelante de
transparencia, conocimiento. (…) Casi a punto de cumplir los cuarenta años
decidió una tarde sentarse en el balcón de su apartamento y se dejó caer.
Nota final
(Retórica del artista o conjuro contra la niebla)
¿Quién abandona el consuelo de su espíritu?
Los sueños
dormidos entre los leños de la ciudad alzan vuelo quebrando la paz de un suelo que no ha
vivido pisada más pura la otra
coartada que nos corroe ¿Qué rostro
tendremos? ¿A quién descostro en
bien de la madrugada?
Me habitan pulgas
del miedo lujuria escasa en mi nombre
por descubrir soy un hombre lanzado
como torpedo contra los suyos no puedo
desdibujar mi sarcasmo mis huellas
son el orgasmo de la ciudad ¿Qué
despojo puedo arrancarme del ojo para romper el pleonasmo?
Cada camino conduce a otro camino encriptado
El recodo ajusticiado por las pisadas
abduce los espectros en el cruce de
los paisajes de piedra la memoria es una hiedra trepando en la
circunstancia frigidez de la abundancia
tatuados en el exedra
No hay faro para
las huellas del que no lleva destino
sobre un sendero asesino odiado por las estrellas no hay faro para las
huellas y no hay razón suficiente para deambular ausente del propósito ¿quién grita quién muere quién resucita en un paso diferente?
Los adoquines son
huesos dormidos bajo los pies la
ciudad muestra la tez raptada por los excesos de los mártires los rezos como brújulas de Dios nos
conducen hacia los extraños ritos del alma
Que nadie
pierda la calma
No quieras ser
otra voz